Y… la tentación es demasiado grande.
La fórmula es: Estados Unidos + Gobierno K + valija = despelote seguro.
Y si hay despelote bilateral, el fantasma de Antonini Wilson reaparece.
Un marine, sentado sobre la valija que los estadounidenses se negaban a abrir
Así fue como el ex embajador argentino en Washington,
“La primera fue
Luego ofreció algunas disquisiciones, hasta rematar con que “falta una explicación oficial”.
“Esperemos que esta reacción no sea sólo una infantil respuesta para compensar, con esta valija, las otras dos anteriores y el desagrado oficial ante una decisión del presidente Obama que en nada afecta el normal desarrollo de nuestras relaciones bilaterales”.
pd: el texto completo, acá.
Después de tantos reclamos por parte de la Embajada de los Estados Unidos y hasta el pedido expreso de Barack Obama (quien se comprometió a solicitar personalmente a la presidente Cristina Fernández la devolución del material incautado), es imposible decir que el caso de esta valija sea una campaña de desprestigio hacia los Estados Unidos.
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