sábado, 31 de octubre de 2009

Nadie es profeta en...

La Plata.

Allí es donde vivo.

Allí es donde será esta presentación.


Veremos qué ocurre (y sí, lo admito, dar una charla en MI ciudad me pone nervioso. No puedo evitarlo).

viernes, 30 de octubre de 2009

Antonini, cual Tato Bores

Para el 13 de diciembre de 2007, todo ya había volado por los aires.

Cristina Fernández, su marido Néstor Kirchner, Hugo Chávez y una larguííííííísima fila de funcionarios y legisladores argentinos y venezolanos se peleaban por acusar a Alejandro Antonini y a Estados Unidos de armar una terrible operación de inteligencia en contra de los gobiernos que -valientes ellos- osaban enfrentar a "El Imperio".

La cuestión es que mientras ellos denunciaban "operaciones basura", Antonini dialogó por teléfono -y grabó, claro está- a Ana Pérez.

¿Quién es la buena de Anita?

Pues una ejecutiva que trabaja -o trabajaba- en Citgo, la filial norteamericana de la petrolera estatal venezolana PDVSA.

Anita es, para más datos, la amiga que la noche del 3 de agosto de 2007 iba a asistir, acompañada por Antonini, a la fiesta de cumpleaños de otra ejecutiva de PDVSA en Caracas.

Antonini, sin embargo, cambió de planes a último momento para subirse a un avión. Lo habían tentado con la posibilidad de hablar de negocios con Claudio "el embajador en Venezuela" Uberti y... el resto es historia ya conocida.

La cuestión es que, cuatro meses después, y ya con los arrestos conocidos en Miami, Antonini y Anita Pérez volvieron a conversar. Y el hombre más buscado por la prensa (y los gobiernos) de la Argentina y de Venezuela se largó a hablar.

Tato Bores, al lado suyo, fue un poroto...

Entre muchísimos otros datos, dio su versión de cómo fue aquella noche del decomiso en el Aeroparque, rodeado de Danielito Uzcátegui, Uberti, la "muchacha" (por Victoria Bereziuk), y el funcionario de la Aduana, Jorge Lamastra.

Audio 266, NO DESCLASIFICADO por el FBI y en depósito del autor del libro "Los secretos de la Valija". Es decir, yo.

(Aviso: entre [] incluí nombres para facilitar la lectura):

Alejandro Antonini: "... y tú pasabas como por un detector de metales chiquitico, entonces pasaba esa persona, pero es un espacio chiquitico, es un ... es ... es ... un espacio muy pequeño y empezamos a cargar las maletas desde ... desde que el tipo te la entregara en la puerta, que se abre, hasta la puerta de atrás que ... no dabas veinte pasos, ¿no? Y bueno, llegó mi maleta negra, “Y ésta de quién es?” “Esta es mía”, y entonces de repente estaba esta muchacha [Bereziuk] enredada con otras maletas y yo le agarro una, pero como Daniel agarró otra porque veníamos todos, pero yo soy el más gordo, el más grande entonces, por el espacio ese, o sea, después de haber pasado muchas porque los choferes ... los choferes de ... los choferes de... del gobierno argentino de este tipo [Uberti], ellos ven lo que están haciendo su ... yo de salido, pues si yo me quedo tranquilo, si yo ... si yo me la doy de cómo se llama, de sifrino, de bomboso, no cargo ninguna, dejo que los choferes hagan el trabajo, no pasa nada, creo yo que no pasaría nada, ¿correcto? Y entonces, cuando yo estoy arrastrando mi maleta, la grande, el tipo [Lamastra] me la pide, o sea, me la pide ... y me pide las dos, y yo, “No, no, tranquilo, yo llevo esta”, entonces, la estoy arrastrando por la broma, y de repente, el último, la última persona, me dice el tipo, “¿Qué hay aquí?”, le digo: “No sé”, este ... ¿”Y esta maleta?”, “No sé”, y entonces voltea pa ver de quién es pero están ... a ... bueno, pregúntale a la gente [el resto de la comitiva que espera afuera] que esta fumando, “¿Y esta maleta?”, y nadie responde porque nadie está parándole bola al tipo y ni siquiera nadie le paró bolas, o sea, eh ... tú sabes, es la gente del gobierno, o sea eran la gente de PDVSA, la gente del gobierno argentino, o sea, y nadie le hacia case al tipo de la aduana [Lamastra], entonces, como si...que si no existiera. Y me vuelve a preguntar, le digo, “No sé pana”, entonces él me dice, “¿Quieres verla?”, así mismo me dijo, “¿Quieres verla?”, le dije, “Sí”, y entonces me dice, “¿Qué hay ahí?”, le dije: “Coño, yo no sé, esta vaina debe tener libros, pesa una bola” y se la pongo así y me voy. Entonces me dice: “Ábrala”, digo: “No, si eso no es mío”, pero me río porque pienso que es un juego, es una vaina, no entendía porque yo veo que se voltea Daniel, está fumando, desde la puerta y nadie viene, y se está riendo, o sea, pero riéndose no ... no cagado de la risa sino como con una sonrisa, y yo dentro de mí dije, “Coño, ¿qué...? ... o sea, me ... o sea, son las dos de la mañana, tres de la mañana, “¿Qué será esta vaina?” Pero nunca pensando ... cuando la abren Ana, la sorpresa, ah, bueno, y cuando vuelvo a voltear, los carros arrancaron, todo el mundo arrancó y se quedó Daniel nada más. Te quedaste loca, ¿no?".

Cierto o no (lo que debe definir la Justicia argentina), de su versión surge que:

1. La agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, María de Luján Telpuk, no aparece en su relato.

2. El relato de Uberti se da de bruces con el testimonio de Antonini.

3. Bereziuk, más que figurar como "testigo" en la investigación penal argentina debería cambiar de categoría si Antonini aceptara declarar en Buenos Aires.

4. Antonini puede hablar tan rápido como Tato Bores (pero como extraño al bueno de Tato...).

Si algún me busca...

Dado que varias personas me dijeron que les costó ubicarme o no sabían dónde o cómo podían contactarme, reitero mi email. Es:

secretosdelavalija@gmail.com

saludos!
hugo

jueves, 29 de octubre de 2009

Argentina's version of Watergate

Les presento a Don Peter Eisner, gran periodista y buen amigo.

Ex editor de Internacionales de The Washington Post, Eisner es el coautor de un librazo de investigación sobre la administración Bush. Su título es "The Italian Letter" y se centra en la supuesta carta (que resultó falsa) en la que se apoyó la Casa Blanca para afirmar que Irak intentó combrar uranio en Níger. Esa fue la excusa central para ordenar la invasión que todavía hoy desangra a iraquíes y norteamericanos.

Ya con un pie afuera del Post -al igual que Bob Woodward, Tom Ricks y otros grandes que llevaron a ese diario a su posición actual-, Don Eisner se juntó conmigo a conversar sobre cómo encarar mi libro.

Todo esto viene a cuento, como dicen los gringos, de "disclaimer". Es decir, de aclaración y de contexto previo a este artículo que escribió en el portal de World Focus, que se difunde por el canal PBS de televisión.


Argentina’s ‘Valijagate’ is $800,000 cash in a suitcase

There’s a story in Argentina that has become widely known under a simple title: La Valija (the suitcase). It should be destined to become that country’s version of Watergate. “Valijagate” refers to the discovery in August 2007 that Guido Antonini, a Venezuelan-born American, was carrying a suitcase containing $800,000 in U.S. currency when he arrived on a private plane at the Buenos Aires city airport, Aeroparque Jorge Newberry.

A new book, Los Secretos de la Valija (The Secrets of the Suitcase), is just out in Argentina, written by an Argentine colleague, Hugo Alconada, a journalist with La Nacion and the newspaper’s former Washington correspondent. (Full disclosure: Hugo is a friend, and he mentions me in the acknowledgments of the book, but I didn’t work on the investigation itself).

Alconada’s story percolates with intrigue and new revelations about the suitcase and Antonini, who ultimately said in a Miami trial that he was carrying the loot on behalf of a top Argentine official and that the money was from the Venezuelan oil monopoly, PDVSA.

But that came only after he wore a wire and became a cooperating witness with the U.S. Government. In resulting tapes, Venezuelan handlers promised him protection for claiming the suitcase was his, and not revealing that the suitcase was sent to the presidential campaign of the now-president of Argentina, Christina Kirchner.

Argentinian officials have denied involvement and Venezuelan president Hugo Chavez has charged Antonini was employed by the Bush administration in a campaign to malign his government.

Alconada’s book, so far only in Spanish, deserves publication in English in the United States. His extensive investigation reveals:

The plane carrying Antonini and the suitcase that was transporting much more than the $800,000 — a total of $5 million.

Despite government denials, Antonini went to the Argentina presidential palace, the Casa Rosada, after the money was seized at the airport. Moreover, the book details a plan in which Argentine and Venezuelan officials coordinated a cover-up of the case.

It also notes that Antonini had a history of working for Chavez. He helped organize trips to 24 countries in Africa, Southeast Asia and Pacific islands in a 2006 vanity campaign by the Chavez government to promote Venezuela’s appointment to a temporary slot on the UN Security Council.

There’s an interesting sidelight to the cloak and dagger story. A funny thing happened earlier this month as Alconada answered questions at a bookstore to promote his story. At some point, possibly when a questioner approached him as a distraction, his briefcase, which contained notes about three of his current investigations, disappeared.

A similar black briefcase was left in its place.

Alconada doesn’t get it and jumps to no conclusions. “My newspaper wrote a small piece about it, and it became a big deal. I don’t know how to explain what happened.”

miércoles, 28 de octubre de 2009

Hola, ¿De Vido? Tenemos un asuntillo...

Hasta ahora, uno de los ejes centrales de la defensa de Claudio Uberti era que se fue a su casa a dormir tras retirarse del Aeroparque. HASTA AHORA. Esto es lo que publicamos ayer en LA NACION (en http://www.lanacion.com.ar/1191153).


Aclaración: en cuanto a Julio de Vido, se mantuvo en SILENCIO absoluto. Antes y DESPUES de que publicamos la nota junto a mi colega Gabriel Sued:

MAS LLAMADAS COMPLICAN A UBERTI

Utilizó otro teléfono para hablar con su chofer en Aeroparque; hubo 18 contactos con De Vido, que se ignoraban

Durante la larga madrugada en que la Aduana contó los 800.000 dólares que acababa de decomisarle al empresario venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson, el funcionario kirchnerista Claudio Uberti no pudo dormir, según surge de nuevos registros telefónicos obrantes en el expediente judicial. Minuto tras minuto, quien era conocido como el "embajador virtual" de la Argentina en Venezuela monitoreó lo que ocurrió en Aeroparque.

Los nuevos registros de llamadas a las que accedió La Nacion ofrecen una historia distinta de la hasta ahora conocida o de la que relató Uberti al declarar en Tribunales. Una historia que se complica más aún a partir de un informe reservado del Ministerio de Planificación Federal, que detalla un teléfono que hasta ahora se ignoraba, que pertenecía al jefe máximo de esa cartera, Julio De Vido, lo que también verificó La Nacion.

Desde su piso en Avenida del Libertador al 3500 y con el teléfono de su esposa, Patricia Mónica Palacios, Uberti se comunicó más de diez veces con Walter Celi, su chofer de mayor confianza en el Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi) y que, por orden de su jefe, esa madrugada se quedó a esperar a Antonini.

Las llamadas con el celular de su mujer, desconocidas hasta ahora, se sucedieron entre las 3.30 y las 8.30 del sábado 4 de agosto de 2007 según detallaron a La Nacion fuentes de la causa. Es decir, las cinco horas que insumió el decomiso y recuento del dinero, la firma del acta y el traslado de Antonini y su joven acompañante, Daniel Uzcátegui, hasta el hotel Sofitel de la calle Arroyo.

Las revelaciones no concluyen allí. Porque un breve "memo" del Ministerio de Planificación Federal (clave S01:0121836/2008) deja constancia de que un teléfono que figura a nombre de un desconocido "Luis Tobaré Artigas", con un documento de identidad falso, en realidad fue utilizado por De Vido.

Entre ambos funcionarios se registraron 18 llamadas ese día, y otras 32 llamadas a lo largo de los que siguieron, tal como verificó La Nacion. Pero según declaró Uberti ante la Justicia, él sólo le informó el lunes a De Vido sobre el incidente del Aeroparque. Y calló sobre "Tobaré Artigas": no dijo que, en realidad, ese teléfono era utilizado por el ministro.

También ante el juez en lo penal económico Daniel Petrone, su chofer Celi testificó que debió quedarse en el Aeroparque a la espera de Antonini por orden de su jefe. Uberti, según declaró el chofer, le explicó que uno de los pasajeros había tenido problemas con el equipaje, según detallaron fuentes con acceso al expediente.

Las lagunas del acusado

Esa declaración de Celi permitió verificar dos incongruencias. La primera, que Uberti mintió ?o al menos se equivocó? cuando declaró que esa noche del 4 de agosto lo había llevado a su casa su chofer de siempre.

Esa contradicción ya había quedado en evidencia con el testimonio de Eduardo Ricci, otro de los choferes, que dijo que él había dejado a Uberti y a su secretaria, Victoria Bereziuk, en sus respectivos domicilios.

La segunda contradicción que salió a la luz con la declaración de Celi es que Uberti decidió poner un auto oficial a disposición de Antonini incluso después de que se descubriera que había intentado ingresar en el país una valija con 800.000 dólares sin declarar. Y de ese modo, según la versión del funcionario, que lo sorprendió en su buena fe. Aun así, le dejó un auto con su chofer.

Ahora se sabe, además, que, lejos de dormir despreocupado por lo ocurrido en la Terminal Sur, se mantuvo despierto e informado sobre lo que ocurría con Antonini y Uzcátegui por aquellas horas.

Hasta ahora, los registros del teléfono celular de Uberti mostraban una laguna de entre 4 y 5 horas en las que no hubo llamadas entrantes y salientes. Eso reforzó su defensa: tan ajeno a la valija estaba el funcionario que se marchó a su casa, descansó hasta una hora prudencial y sólo a las 7.57 llamó al secretario privado del entonces presidente Néstor Kirchner. Y como dio apagado, llamó al conmutador de la quinta de Olivos. Con cada llamada, además, Uberti se encontraba más cerca de la residencia, según corroboró La Nacion, al cotejar las antenas de telefonía celular que las posibilitaron.

Sin embargo, los registros telefónicos del celular de su mujer dan cuenta de otra historia, distinta de la oficial. Lejos de dormir, Uberti se mantuvo informado de lo que ocurría en el Aeroparque, mientras que se sucedían las llamadas con "Tobaré", es decir, De Vido.

Lo que acrecienta el misterio, sin embargo, es para qué llamó Uberti a De Vido durante las primeras horas de aquella madrugada. ¿Sólo para informarlo sobre los avances que había logrado en las negociaciones comerciales con Venezuela durante su viaje relámpago a Caracas, como también explicó su irrupción en la quinta de Olivos aquella mañana?

Uberti también llamó al teléfono "oficial" de De Vido ese sábado, pero a una hora más normal: a las 9.39. Y, según declaró, sólo el lunes lo informó al ministro sobre el incidente: "En su momento, lo tomé como un problema que tuvo un pasajero con su equipaje, que luego tomó otras decisiones que terminaron con mi renuncia".

Antes y después de eso, los teléfonos de Uberti registraron otros contactos singulares. Entre otros, con el director general de Operaciones de la SIDE, Antonio Stiuso; con el entonces director de Aduanas ?hoy al frente de la AFIP?, Ricardo Echegaray, y también con el propio Antonini.

martes, 27 de octubre de 2009

Vicky - la enfermera del Cannabis

¿La reconocen?


Es Victoria Bereziuk, la secretaria/asistente/RRPP/azafata/ges-tora/portadora del entonces funcionario argentino Claudio Uberti (alias "el embajador" de la Argentina para Venezuela).

Aparece en la portada del último número de "TCH - la revista de la cultura cannabica".

A su frondoso currículum (que incluye un fugaz paso por una funeraria -y no es broma, ¿eh?-), ahora le suma un nuevo eslabón: modelo. Primero aportó sus labios carrrrnosos para una tapa del CD de un grupo de rock ("Azafata") y a partir de este mes, como enfermera.

Y sí, está confirmado por los directivos de la revista.

pd: ¿te gusta? Pedila a tu kiosquero amigo de Buenos Aires. Por $ 14 (US$ 3,84 aprox.) te la llevás a casa.

lunes, 26 de octubre de 2009

Chávez, Antonini y la bomba nuclear


"Seguramente fue el gordo ese".

Apenas cinco palabras. Pero en boca del presidente venezolano Hugo Chávez, denotan que la figura (y el escándalo) de Guido Alejandro Antonini Wilson le quedó grabada en su memoria.

Chávez lanzó la frase cuando salió a desmentir que Venezuela haya intentado comprarle secretos sobre tecnología nuclear a un científico argentino de 74 años que trabajó en el laboratorio Los Álamos de Estados Unidos.

Esta vez, como en aquella de 2007, la cifra de dinero en danza rondó los US$ 800.000 y, también como hace dos años, el FBI participó en una operación encubierta para recabar información comprometedora.

"Es otra maniobra del Imperio para desprestigiarme. Es una gran mentira", se defendió el mandatario bolivariano. "Son ataques bien concebidos contra Venezuela para ir sembrando la matriz de que es un gobierno nuclear".

La verdad es que toda la historia alrededor de este científico, Leonardo Mascheroni, parece muy poco seria. Pero el gobierno venezolano tampoco es muy serio que digamos, así que TODO es posible... Sería cuestión de empezar a investigar...

viernes, 23 de octubre de 2009

El vuelo - la otra foto


Me había olvidado que tenía esta otra foto del ya legendario vuelo.

Daniel Uzcátegui en primer plano, con Nelly Cardozo Sánchez (venezolana ejecutiva de la petrola PDVSA atrás, a la izquierda de la imagen) y Victoria Bereziuk reflejada en el espejo del fondo, con su rostro hacia abajo, mirando revistas.

Esa foto es la que se une como en un rompecabezas a esta otra imagen que ya subí al blog, en una de las primeras entradas:



Creo que sobra decir que:
1. El de la izquierda, con bolsito en su regazo y teléfono celular es Claudio Uberti, jefe de la comitiva.
2. No aparecen en las imágenes Alejandro Antonini (el que sacó las fotos), Exequiel Espinosa (argentino, presidente de Enarsa, que alquiló el vuelo charter) y los venezolanos (también de PDVSA, Ruth Behrends y Wilfredo Ávila).
3. Nunca logré determinar con quién dialogaba Uberti por teléfono, minutos antes de despegar de Caracas rumbo a Buenos Aires con US$ 5 millones en la bódega del Lear Jet.

jueves, 22 de octubre de 2009

Álvaro Vargas Llosa y el libro

Don Álvaro Vargas Llosa dedicó su columna semanal para The Washington Post Group, que se reproduce en decenas de otros medios alrededor del mundo, al "caso Antonini" y al libro.

Sí. A "Los secretos de la valija". En español y en inglés.

Yo todavía no lo puedo creer, más allá de mi INMENSO agradecimiento a Don A.V.LL.

Así que aquí les va. Primero la "captura de imagen" pa' que comprueben que es cierto (y además verifiquen cómo mejoro día a día en el manejo del blog, gracias a la ayuda de Pablo F.! ja!) y, luego de la imagen, el texto completo.


Aquí, el texto en español:

ALGO MAS QUE UN MALETIN

Washington, DC—Entre agosto y diciembre de 2007, América Latina fue cautivada por el melodrama político de un maletín con 790,550 dólares confiscado cuando un vuelo privado que transportaba a funcionarios argentinos y venezolanos arribó en Buenos Aires en la madrugada. El “affaire” dio lugar a un sonado caso judicial en Miami, a raíz de los cargos presentados contra agentes venezolanos que intentaron forzar a un empresario a asumir la responsabilidad del dinero clandestino y encubrir la verdad del maletín: una contribución de Hugo Chávez a la campaña de Cristina Kirchner, por entonces candidata a suceder a su esposo como presidente de Argentina.

Había un solo tipo que podía contar toda la historia porque es la única persona que entiende su laberíntica trama y que ha hablado con varios de los protagonistas, accedido a la mayor parte de los documentos y rastreado las distantes raíces de los acontecimientos del 3 de agosto de 2007: Hugo Alconada, el periodista que cubrió la saga para el periódico La Nación. Su libro “Los secretos de la valija” tiene serias implicaciones.

Alejandro Antonini, el empresario venezolano (también estadounidense) que transportaba el maletín, fue un agente involuntario del gobierno venezolano. No debía estar en aquel vuelo
–ocurrido la víspera de una visita de Chávez a Buenos Aires— pero fue persuadido de montarse en él por gente relacionada a PDVSA, el gigante petrolero venezolano, que hacía negocios con los funcionarios argentinos y tenían planeado volar con ellos. Antonini aceptó, pues llevaba tiempo persiguiendo un contrato comercial con uno de los otros siete pasajeros, un operador clave de Kirchner. Al arribar a Buenos Aires e ignorando, aparentemente, el contenido del maletín, el empresario ayudó a una compañera de vuelo a pasarlo por la aduana cuando el contenido fue detectado. Otra valija con más de 4 millones de dólares franqueó la frontera.

A pesar de que los funcionarios venezolanos y argentinos le prometieron protección, Antonini escapó a Miami. Poco después, unos agentes de Chávez le revelaron el origen y destino del dinero, confirmando lo que un funcionario de PDVSA le había contado en Buenos Aires. Sus amenazas e intentos de soborno para que Antonini apoyara los planes de encubrimiento fueron grabadas por el FBI, con quienes el empresario estaba colaborando.

Las implicaciones del “affaire” son obvias en el caso de Caracas. Es la prueba más solida hasta la fecha de que Chávez utiliza el dinero petrolero de su país para sobornar a otros gobiernos a fin de sostener sus objetivos revolucionarios. En el caso de Argentina, las implicaciones son más reveladoras. No es novedad que Buenos Aires es aliado de Chávez y que la corrupción política abunda en el gobierno argentino. Pero la magnitud de su alcance y sus vínculos con los más altos escalones del poder indican que el matrimonio Kirchner será objeto de graves investigaciones si la oposición triunfa en las próximas elecciones —algo que arroja nueva luz sobre sus más recientes maniobras autocráticas, incluida la promulgación de una ley que les concederá un poder extraordinario sobre los medios de comunicación. La ley fue aprobada tras la derrota de los Kirchner en los recientes comicios legislativos y antes de que el nuevo Congreso, en el cual estarán en minoría, se instale en diciembre.

Hace algunas semanas, cené en Buenos Aires con Francisco de Narváez, el hombre cuya lista derrotó a la del ex presidente Néstor Kirchner en los comicios parlamentarios. Mencionó que la ley de medios era mucho más que una movida contra el periodismo crítico. Era parte de un esfuerzo por subvertir el Estado de Derecho e impedir una sucesión democrática en 2011. Observando la desesperación con la que el matrimonio Kirchner, que atribuyó el episodio de la valija a un complot estadounidense contra una nación soberana y antiimperialista, ha buscado emasculate a los medios antes de instalarse el próximo Congreso, se entiende que la sospecha de Narváez no es un cuento de hadas.

Una reflexión final. Durante la primera parte del reinado de Kirchner, debido al delicado contexto político y económico de su ascenso al poder y a su estilo autocrático, pocas organizaciones se atrevieron a encarar a las autoridades. El periodismo argentino fue, con excepciones, bastante menos vigilante de lo deseable. El valiente libro de Alconada, la culminación de una exhaustiva investigación de dos años, es también una reivindicación del oficio en su malhadado país.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El Rey de la Soja y Antonini

Cuando en mayo de 2007, Alejandro Antonini pasó por la Argentina, como escala de su viaje a Uruguay, se reunió en el OCCOVI con Claudio Uberti.

Uberti, claro está, lo niega. Dice que recién conoció a Antonini en Caracas, el 3 de agosto de 2007, horas antes de volar a Buenos Aires. Pero se reunieron. En su oficina.

Más allá de eso, Antonini también se reunió con otros argentinos en aquella breve estadía.

Entre otros, con Gustavo "El Rey de la Soja" Grobocopatel.




Hablé con el empresario sojero, quien amable y muy cortés, también negó conocer al venezolano o haberse reunido con él. Tampoco recordó haberse reencontrado con él en la Casa Rosada.

Lo inexplicable, en ese caso, son estos mails que copio a continuación:

Date:

Wed, 30 May 2007 05:16:02 -0500

From:

"Gustavo Grobocopatel"

To:

Subject:

RE: Fw: Reunion hoy én sofitel

Fue un gran gusto conocerlos

Mi cel +54 9 2396 XXXXXX
Telefono directo oficina + 54 2395 XXXXXX
Para conocer de mi empresa : www.losgrobo.com

-----Mensaje original-----
De: alejandroantonini@XXXX.com

Enviado el: Martes, 29 de Mayo de 2007 09:42 p.m.
Para: gustavo XXXX@XXXX.com

Asunto: Fw: Reunion hoy én sofitel

Y otro +1.786.247.XXXX
------Original Message------
To: gustavoXXXX@XXXX.com
Sent: May 29, 2007 8:39 PM
Subject: Reunion hoy én sofitel

Mi cel Vzla +58412247XXXX

Sent via BlackBerry from T-Mobile

ACLARO, por las dudas: Grobocopatel no hizo nada mal, ni se lo acusa de nada, ni nadie le enrostra nada. Apenas dejo constancia de una contradicción entre lo que él expone y la versión de Antonini.

martes, 20 de octubre de 2009

¿Você fala português?

Pues yo tampoco, hasta que me leí en el diario brasileño O Globo.

Porque hasta ahora se trató de "Los secretos de la valija" o "The suitcase' secrets" o "The secrets of the suitcase". ¡Pero ahora también es "Os segredos da mala"!


pd1: aclaro por las dudas: la entrevista la hizo la corresponsal de O Globo en Buenos Aires, Janaína F.

pd: muito obrigado!

lunes, 19 de octubre de 2009

Uberti, ¿estuvo o no estuvo?

Madrugada del 4 de agosto de 2007.

Terminal sur del Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires.

Decomiso. Dólares.

Alejandro Antonini afirmó que el funcionario argentino Claudio Uberti estaba en la sala y alzó sus hombros cuando abrieron la maleta.

Sin embargo, la agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, María de Luján Telpuk, declaró que no vio a nadie más que a Antonini segundos después de verificar que la valija contenía dólares. Lo mismo dijo su colega de Aduana, Jorge Lamastra.

Lo curioso es, no obstante, que tanto "el embajador" Uberti como su polifuncional secretaria, Victoria "el pedazo" Bereziuk, declararon que sí estuvieron allí. Es más, que estuvieron tan cerca de la valija, que Uberti pudo ver que la valija contenía dólares.

Es decir, no solo tan cerca que pudo ver que contenía fajos de billetes, sino tan, tan, pero tan cerca que pudo ver que eran dólares. No pesos o euros o bolívares. Dólares.

Ahora bien. Quizá usted, mi paciente lector, nunca estuvo en la Terminal Sur del Aeroparque. Es esta:


No es tan grande, ¿no?

Por lo tanto, Uberti: ¿Estuvo o no estuvo? ¿Vio o no vio?

domingo, 18 de octubre de 2009

Se les escapó la tortuga

Dado que ahora toooodoooos hablamos de Diego Maradona (algo que a él, aunque se muestre fastidiado e insulte, le ENCANTA), ese podría haber sido el título de la entrevista que publicó hoy el diario La Capital, de Mar del Plata.

Diario serio, optaron por el más tradicional título que dice:
Pero la maradoniana alusión a la tortuga en fuga es lo que, al fin y al cabo, ocurrió en este caso. El exceso de confianza los llevó a la ruina...

pd1: Marcelo P: ¡GRACIAS!
pd2: para aquellos que siguen este blog, quizá se habrán percatado que... aprendí a convertir los .pdf en .jpg. De allí entonces la aparición de la entrevista en el blog!

viernes, 16 de octubre de 2009

De Jaime Bayly a Enrique Iglesias

El más que peculiar escritor Jaime Bayly sorprendió al hemisferio allá por enero de 2008 cuando publicó en el diario peruano El Correo una crónica contundente. A lo largo de unas cuantas líneas, pintó a Alejandro Antonini como un antichavista furioso, casi golpista, con el que Bayly conversó cerca de seis años antes y hasta implicó al cantante Enrique Iglesias.

A continuación, su crónica y un video. Al final, mis comentarios aclaratorios (dudo si no reemplazarlo "aclaratorios" por "descalificatorios"... en fin).

Textual:
"Eran los primeros días del 2002, invierno en Key Biscayne, si podemos llamar invierno a unos días espléndidos, a pleno sol. Yo vivía en una casa en la calle Caribbean, una casa amarilla, de un piso, una de las más antiguas de la isla. Estaba obsesionado con escribir una novela que titulé El huracán lleva tu nombre. Me pasaba la noche escribiendo, escuchando los maullidos de los gatos y los chispazos de las regaderas que se encendían automáticamente. Cuando me daba hambre, subía a la bicicleta y pedaleaba hasta el Seven Eleven.
Una noche, bajando de la bicicleta en el Seven Eleven, un hombre alto y obeso me dijo:
-¿Qué ha sido de tu vida, que ya no te veo en televisión?
Le conté que me había retirado de la televisión de Miami, dado que mi último programa había sido cancelado, los ejecutivos de esa cadena acusándome de ser “demasiado intelectual y marica para los mexicanos de California”. El hombre apretó un botón que desactivó la alarma de su Mercedes del año, deportivo, color gris. Sentí que, al apretar ese botón, había experimentado una alegría rotunda, definitiva, una forma de alegría que siempre me sería esquiva.
Para mi sorpresa, me preguntó dónde vivía.
-En Caribbean road, cerca del Sonesta -le dije.
-Yo tengo un hotel al lado del Sonesta -me dijo.
-¿El Silver Sands? -pregunté.
-Es mío -dijo.
-Hombre, te felicito -dije.
-Te invito mañana para que veas unas cabañas frente al mar que te pueden interesar -me dijo.
Sacó su billetera y me dio su tarjeta.
-Llámame -me dijo-. Tienes que ver las cabañas frente al mar. Son del carajo. Enrique Iglesias viene de vez en cuando con sus amigas.
Luego subió a su auto. Miré la tarjeta. Decía: Guido Antonini Wilson. Al día siguiente, lo llamé. No tenía ganas de verlo, pero me intrigaba conocer las cabañas en las que Enrique Iglesias hacía travesuras. Lo traté de Guido, un nombre extraño en cualquier caso. Me dijo que pasaría a buscarme al final de la tarde. El señor Antonini vino a buscarme en un auto distinto del que había usado la noche anterior. Era un Mercedes grande, cuatro puertas, azul oscuro. Al subir, sentí ese olor a nuevo que conservan los autos recién salidos del concesionario.
Llegando al hotel, me condujo a su oficina. Se sentó en un escritorio y me dijo que ese hotel era de su mujer, de la familia de su mujer, pero que él lo administraba como si fuera suyo y yo era bienvenido cuando quisiera. No me quedó claro (esas cosas nunca quedan claras) si me estaba diciendo que no me cobraría en caso de que me quedase en su hotel.
Poco después caminamos hasta las cabañas con vista al mar. Quedé horrorizado con la decoración.
-Son perfectas para escribir -mentí.
Antes de irnos, le pregunté cuál era la cabaña en la que Enrique se escondía con sus amigas. Me llevó a la cabaña africana, atigrada, con pieles de animales y colmillos de elefantes, y dijo, señalando la cama:
-Aquí ha culeado Enrique Iglesias.
Luego añadió:
-Cuando quieras, puedes venir.
-Muchas gracias -dije.
-Para mí será un honor recibirte -dijo.
No quedó claro si el honor al que aludía me exoneraba de pagar por la cabaña. Al subir a su auto, pensé que me llevaría a casa. Me equivoqué. Guido me dijo que su mujer estaba ansiosa por conocerme. No me preguntó si yo sentía ansias recíprocas.
Vivía en un departamento del Grand Bay, con todos los lujos previsibles. Recorrimos medio departamento sin que su mujer diese señales de vida. Al pasar por la cocina, una empleada dijo que la señora estaba en la lavandería. En efecto, allí mismo estaba. La señora Jacqueline era agradable y distinguida, aunque no necesariamente guapa. Me saludó con afecto distante, como quien saluda a alguien que inspira, a la vez, curiosidad y temor.
-No me pierdo tus programas -me dijo.
No sentí que estuviera ansiosa por conocerme. Sentí que estaba ansiosa por seguir ordenando la ropa con la maniática minuciosidad de una millonaria aburrida. Guido me llevó a su biblioteca. Digo que era una biblioteca porque así la llamó él, no porque hubiese libros. Se sentó en su escritorio, me ofreció un trago, le dije que no bebía alcohol, puso cara de espanto, me invitó agua mineral y se sirvió un whisky.
Por fin hablamos de política.
Me dijo que Chávez era una desgracia, que había instaurado un régimen autoritario y corrupto, que los amigotes de Chávez estaban haciéndose muy ricos, que no se podía hacer dinero a no ser que fueras socio del régimen. Me contó que era amigo de Carlos Andrés Pérez, que hablaban a menudo, que Carlos Andrés estaba en Santo Domingo, pero venía con frecuencia a Miami. Le dije que conocía a Carlos Andrés, que lo había entrevistado el año 97 o 98. Cogió el teléfono, llamó a Carlos Andrés y le dijo que estaba conmigo. Me dio sus saludos. Le dijo que cuando viniera a Miami, teníamos que juntarnos los tres “para hablar de política”.
Hablaron de cosas que no entendí y cortó.
Mi amigo Guido se sirvió otro trago y me dijo:
-Chávez no va a durar. Va a caer pronto. Lo vamos a tumbar.
Le dije que eso sería difícil, dado que los militares lo apoyaban y muchos de sus compañeros de promoción ocupaban puestos claves.
-Acuérdate de mí -insistió-. A Chávez lo tumbamos. Va a terminar en la cárcel.
Pensé que estaba fanfarroneando, que quería hacer alarde de su poder y sus conexiones.
Poco después me llevó a la cochera del edificio y me mostró su colección de autos de lujo: Hummers, Ferraris, Lamborghinis, Mercedes.
-Cuando quieras, te presto uno de estos para que lleves a tus hijas a Orlando -me sorprendió.
Yo le había contado que en pocos días llegarían mis hijas y nos iríamos a Disney.
-Muchas gracias, pero no me animo -le dije.
-Anda en la Hummer -insistió.
-¿Y si choco? -le dije.
-No pasa nada -dijo-. Todos están asegurados.
-Pero el seguro no te cubre si yo manejo -dije.
-No vas a chocar -dijo-. Y si chocas, decimos que yo estaba manejando.
Tras esa exhibición de su riqueza, el señor Antonini me llevó a mi vieja casa amarilla, construida en 1953.
-Llámame cuando lleguen tus hijas -me dijo.
Una semana después, mis hijas llegaron y les conté que había conocido a un extraño magnate venezolano que me había enseñado su colección de autos de lujo y me había ofrecido uno de ellos para irnos a Disney.
-No voy a llamarlo -dije.
-¡Estás loco! -me dijeron-. ¡Llámalo!
-¿Y si es un millonario tramposo perseguido por la justicia?
-¡No importa! ¡Llámalo!
A pesar de mis temores, lo llamé. No contestó. Dejé un mensaje. No llamó de vuelta. Llamé dos o tres veces más. Dejé mensajes. No llamó. Unos meses después, en abril, leí que le habían dado un golpe a Chávez. Me acordé de mi amigo Guido, de sus enfáticas palabras: “Chávez no va a durar. Lo vamos a tumbar”.
Lo llamé para preguntarle qué estaba pasando en Caracas. No contestó. No volví a verlo más, hasta una mañana, cinco años después, en que abrí un periódico en Buenos Aires y ví la foto de ese raro gordo bonachón, acusado de ser “el hombre de la valija”, el misterioso pasajero que llegó en un vuelo privado desde Caracas y quiso introducir ilegalmente un maletín con ochocientos mil dólares en efectivo.
Lo primero que pensé fue: Suerte que no me prestó su Hummer para ir a Disney. Lo siguiente que me dije fue: ¿Pero este gordo no estaba conspirando contra Chávez? Luego me imaginé a su esposa ordenando la ropa minuciosamente en la lavandería del apartamento de lujo, odiándolo en silencio.

Aclaraciones varias:
1. Lástima que el señor Bayly olvidó aclarar que narró un bonito cuento, no hechos reales. El "realismo mágico" es eso: literatura. No periodismo.
2. Para ser más claro: nunca nadie logró verificar un solo dato que lanzó Bayly.
3. Para ser más claro aún: nunca Bayly demostró nada de lo que contó. Ni mostró la tarjeta que dijo tener de Antonini, ni detalló donde queda el supuesto hotel de Antonini, ni nada de nada.
4. Aún así, Bayly huyó hacia adelante. Ámbito Financiero lo titularía con un "Poco serio I".

jueves, 15 de octubre de 2009

Martes 13, no te cases ni...

El martes 13, a las 19,30, en el partido de San Martín (afueras de Buenos Aires), participé en el ciclo de conferencias "Primavera Planeta".

A los organizadores, promotores, sponsors y demás personas involucradas: ¡GRACIAS!

Nino (conmigo en la foto) y Marcelo, DOS CAPOS.
pd: ¿Por qué dar una charla un martes 13? Porque el lunes 12 fue feriado y el miércoles 14 la selección argentina definía si iba al Mundial... no hubiera ido ni mi mamá (que igual así no fue! ja!)

miércoles, 14 de octubre de 2009

Tercera perlita (audio) - Por qué cayeron

Pregunta casi natural entre los argentinos: ¿por qué los arrestos en Miami ocurrieron el 11 de diciembre de 2007, apenas 24 horas después de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner como Presidenta? ¿Acaso el gobierno de Estados Unidos buscó debilitarla, enviarle una señal, apenas asumida?

A continuación, subo al blog un factor que pudo influir en la decisión de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de ordenar los arrestos. El 6 de diciembre de ese año, es decir, apenas cinco días antes de los arrestos, Alejandro Antonini conversó por teléfono con Wladimir Torres, un venezolano de vida singular, que trabajó para el gobierno venezolano, colaboró con servicios de inteligencia, y ahora es empresarios/buscavidas.

A pedido del cónsul venezolano en Miami, Antonio Hernández Borgo, Antonini conoció a Torres, que se ofreció como su operador ante prensa a raíz del escándalo. Con el paso de las semanas, Torres tambien le planteó la posibilidad de lanzar una revista de "alta gama" que quedó en la nada. Pero Antonini continuó conversando con él porque Torres manejaba buena información sobre el gobierno venezolano, algo que le interesaba (y mucho) al FBI.

Con esos datos como contexto, el eje de este audio resulta notable: Torres le avisa a Antonini que sabe que colabora con "los federales", es decir, con el FBI. Ergo, los norteamericanos vislumbran que es apenas una cuestión de tiempo para que todo se desmadre. Y dado que el 11 llegan casi todos los protagonistas de esta trama a Florida -Moisés Maiónica, Carlos Kauffmann, Franklin Duran-, deciden avanzar.

Aclaración I: el hombre de "pelo blanco" al que aluden en el audio es Rafael Ramírez, el poderoso presidente de la petrolera estatal venezolana, PDVSA.

Aclaración II: ¨los pollitos¨son los agentes de inteligencia venezolanos que integran la DISIP, son conocidos de ese modo por los chalecos amarillos que utilizan en algunos procedimientos.

5:00 p.m. December 6th, 2007. This is a call between Alejandro Antonini and... Wladimir

Torres. This call is being authorized by the FBI.

[Pausa]

[Sonido de motor]

WT: Aló

AA: Wladimir...Alejandro.

WT: ¿Cómo estás brother?

AA: Bien, ¿y tú, cómo está todo?

WT: Coño, que te decía, que--que--que me tratas a los coñazos como las amantes cuando ya no hay billetes y se quieren quedar con la esposa nada más--

AA: [Ríe]

WT: -- y dicen , "coño, no te escuchaba, no te escuchaba, mi amor," hasta que la jeba se vaya. No jodas.

AA: [Ríe] No, vale, no, no. No-

WT: [OV] Oye...

AA: [OV] -- yo no, no te escuchaba. No sabía ni quién era entones no, no quería ni contestar. [Se ríe].

WT: ¿Cómo estás?

AA: Bien, bien.WT: Te llamé dos veces por lo siguiente:

AA: [OV] Ah...

WT: Este... Bueno, el, el, el sábado yo estoy bajando, yo estoy bajando mañana en la noche para allá, ¿no?

[Sonido de motor]

AA: Ajá.

WT: Entonces pa'--pa' que almorcemos el sábado, pero pa' reunirnos de verdad sin falta porque hay muchas cosas.

AA: Dale pues. ¿Qué pasó?

WT: Este...ya...

AA: [OV] ¿Qué sabes?

WT: ¿Ya tienes?--No, bueno, sabes como es la vaina. ¿Ya tienes ahí el--el--el plan de, de trabajo?

AA: Eh...sí, ya lo...ya lo estoy haciendo.

WT: [OV] Ah, bueno.

AA: Pero ven acá, una pregunta que ...¿Por allá abajo no has escuchado nada mío o algo?

WT: Bueno mucho, mucho. Este...lo que pasa es que...eh...eh...o sea....

AA: [OV] Te--te estoy--te estoy--te estoy llamando por un bicho pre-pagado de esos que compran en 7-eleven, o sea, que coño, y lo compré ayer, o sea...

WT: Okey.

AA; [OV] Ando, ando como los espías...

WT: [OV] [UI]...

AA: [OV] Al menos que, al menos que el tuyo sea picado, pero, sabe...

WT: No el mío no, el mío es un bicho muy safe [Ríe].

AA: Dale, pues--[Sopla]

WT: Mira, pon atención y no contestes--

AA: [OV] Okey...

WT: -- Porque no, no es problema mío. Pero, no contestes, pero pon atención.

[Ruido de motor] Este, en varias agencias por aquí--

AA: Ajá.

WT: -- Han regado, confirmado, te voy a decir que es confirmado--

AA: Ajá.

WT: -- Que fue muy arrecha, este...que tú andas con, con la agencia que empieza por F.

AA: ¿Cómo es la vaina? ¿Cómo es la vaina?

WT: Eh...que tú estás trabajando con la agencia que empieza por F.

[Sonido de motor]

AA: [UI]...

WT: [OV] No con-- no contestes, eso es problema tuyo.

AA: Ajá.

WT: Yo soy...yo, yo soy tu amigo y te estoy orientando en las vainas como una, una estrategia.

AA: Pero...

WT: [OV][UI]...

AA: Pero... ¿Ese chisme es de allá abajo o de aquí de Estados Unidos?

WT: No, no, no, no aquí. Y muy fuerte, muy fuerte. Te voy a explicar, y, y, y, y no son chismes, no son chismes. Yo no trabajo con chismes. Este, la, la, la vaina es...yo soy estratega, yo no, no me interesa lo demás ¿comprende? Este, pero eso tiene dos vertientes, porque es pa' forzarte, eh...allá abajo, para eh, que--que--que te suelten allá abajo ¿comprendes?. Y eso es peligroso.

Por otro lado...

[Ruido]

AA: ¿Có--cómo? no...esa parte no te la entendí.

WT: Bueno, por otro lado, por otro lado, tú tienes unas, unas primas que se llaman Trenard Antonini, ¿verdad?

[Sonido de motor]

AA: Trenard sí,. pero no son, no son primas hermanas, son primas segundas.

WT: [OV] Eh...

AA: [OV] [UI]

WT: Pero son muy, son muy cercanas a ti.

AA: No, no son, no, no, no, no. Te min--

WT: [OV] Bueno...

AA: --te mintieron en eso. ¿Por qué, qué pasó?

WT: Bueno, hay una...eh una de ellas viene para, para Miami. Eh, están todas monitoriadas, toda, todo. Montaron un monitoreo muy arrecho y este, una de ellas viene para Miami--chequea para que tú veas que viene a reunirse contigo.

AA: Pero pa' que tu veas, de...[Tartamudea]-- mira, yo no tengo, yo, yo...Había un Trenard Antonini, primo de mi papá que tenía una agencia.--

WT: [OV] Ellas son abogadas, ellas son abogadas todas.

AA: --Bueno, que tenía agencia de carro--

WT: Esos son los mismos, los Trenard.

AA: [OV] Escúchame...

WT: [OV] Pero estas [UI]...

AA; [OV]-- Y yo, yo no los veo, yo no los veo ah, ah...debe ser el papá de ellos--desde hace por lo menos 20 o 22 años.

WT: Coño no, pero las mujeres, no. Porque las tienes monitoriadas, eh, pasaron unos informes. El, el...te voy a decir para que te pongas las pilas más rápido que inmediatamente. El amigo de pelo blanco que está por la Avenida Libertador, que maneja todo eso--

[Sonido de motor]

AA: El amigo...coño, brother, éste teléfono es--es--eh, no hay pedo. Coño, a menos de que me--me estén escuchando, esa gente que tú dices, o sea...

WT: No, el amigo de pelo blanco aquel, que, que hablamos...Rafael.

AA: ¿Rafael? ¡Mierda! ¿Rafael? Verga, Rafael, verga me jodiste. ¿Qué Rafa...? Ah, coño, correcto, el de la "Avenida de las Putas". RR.

WT: Ah, RR, exacto--

AA: [OV] Okey.

WT: -- eh, eh, el de pelo blanco que, que, que trabaja por ahí por la, por la Libertador.

AA: Correcto, sí, sí, ya, ya, RR.

WT Ese amigo, yo no sé la relación, pero mon...está montando un sistema y estábamos viendo mucha gente, este... por ahí en contra ¿no?

AA: ¿Pero en contra mía, dices tú?

WT: Sí. Este...yo no sé cual es la relación, no me interesa tampoco, este, pero...hay mucho movimiento, mucho movimiento.

AA: ¿Ahorita, en estos días?

WT: Ah?

AA: ¿En estos días?

WT: Eh, arrancó, ya es un movimiento que arrancó ahorita, es un movimiento que arrancó ahorita, está moviendo gente-- Bueno, es que yo, yo hice muchos favores, brother. Yo hice mucho...yo trato de hacer favores pa' tener siempre amigo.

AA: No, yo sé. Pero coño, pero me dejas loco, porque sí, me, me llamaron hoy de

allá y, y, y, y, y sí me doy cuenta, si-- pero, pero creéme, sabe, esa información de que yo tengo...que soy cercano a los Trenard Antonini, te falsearon porque no lo soy, ni las conozco...

WT: [OV] Pero, pero hay...

AA: [OV] Me las ponen en frente y no las conozco...

WT: [OV] Pero [UI]...

AA: [OV] Con eso te digo todo.

WT: Pero ellos, ellos montaron, están montando a todo, no sé por qué hay un ramal con ellas. Algo pasa con ellas,

algo pasa con ellas. Este...

[Sonido de motor]

AA: [OV] Déja--déjame me parar chamo, pa' poderte escuchar. Un segundo...

WT: [OV] No te oigo.

AA: Me voy a parar para poderte escuchar.

WT: Okey.

AA: Ajá.

WT: Algo pasa con ellas. Te estoy diciendo que tomes tus previsiones, más nada.

O sea, lo que estamos es trabajando una estrategia de previsiones, comprende, para, para jugar un ajedrez de tener respuesta inmediata a cualquier cosa que aparezca, ¿no?

AA: Claro, me parece...okey, pero una pregunta, este...¿De allá abajo qué te dijeron? Y la gente de Los Pollitos, qué te dijeron?

WT: Eh..de...eh...eso está mal, eso está mal. Cero confianza, cero confianza con nadie, nadie. El, el, el, el--[Suspira]-- coño, eh, lo que, lo que...eso no sé si sea chisme, sino que es prácticamente realidad, ellos...e--estamos viendo de que tú estás trabajando con esta gente, ya directamente pero con ...con... No jodas. Mira, te puedo decir que, esa vaina, ese...me corto una bola si es mentira pues. Y, y eso tiene dos vertientes porque es para obligarte a ti a entregar a alguien, porque eh...para empezar, empezar a apretarte a ti por un lado y dejarte saber de que allá no tienes nada que buscar, ¿comprendes? Entonces, ya eso son your choice. Eh, todas las cosas son your choice, my friend.

AA: Pero, pero ven acá, ¿eso lo está haciendo quién?

WT: Eh...

AA: [OV] ¿Eso, eso lo está haciendo...eh...?

WT: [OV] Eh, aquí...es del mismo estilo que trabaja la otra agencia donde yo estaba metido. Porque ellos simplemente toman la declaración de alguien y luego entonces, este, llaman a los mismos amigos por allá abajo en Colombia y le dicen: "Coño, fulanito fue el que [UI]..." Y te jodiste porque te trancan todo de que no puedas regresar. Y, y entonces eh...tu cabeza ya tiene precio, toda esa vaina. Entonces, hay que, hay que ir muy bien, manejarte muy....

AA: [OV] Pero, pero, pero yo no--de-- Wladimir, de verdad coño, mano--

WT: [OV] [UI]...

AA: [OV] Si usted quiere véame...escúchame, véame...a mi nadie, Wladimir, a mi nadie se me acercó, es más, yo con mi abogado, eh...eh..eh....por supuesto, me he hecho esa pregunta 1,600 veces. A mí, esos son...hasta ahorita han sido cuentos allá, Wladimir. Yo, a mí no se me ha acercado, o sea, de, de la gente esa de las tres letras de aquí que empieza por F, a mi no se me ha acercado, Wladimir.

WT: Bueno, tienes que tener mucho cuidado, porque, eh, eh...yo creo que ahora viene la arremetida. Eh, eh, allá abajo eso está cande...está moviéndose muy extraño. Este, fíjate esto...o sea, de repente, el amigo éste, RR, empezó a mover vainas raras, y entonces que si esto, que si aquello, Intelligence, gente, vaina y, y están rastreando todo lo que tenga que ver, para...me imagino, que debe ser para ligarte con algo, no sé.

AA: Coño, pero Wladimir, qué más quieren? o sea--

WT: [OV] Pero, espérate--

AA: [OV] Me--me tra--trata--me trataron de unir...[OV]

WT: [OV] -- te estoy explicando--

AA: [OV] Okey, me...

WT: [OV] Hermano, yo te estoy explicando lo que yo tengo, más nada.

AA: Mm-jú, mm-jú.

WT: ¿Comprende? Lo que tenías que tener es, agarra tu libreta como te dije, no confíes en tu mente, sino en una, en un papel y empieza, "Mosca con esto, mosca con aquello. Esto es así, esto es asao," Y te vas guiando por un sistema, un perk, un sim--un simple perk.

AA: [OV] Lo he hecho, lo he hecho, Wladimir. Lo he hecho.

WT: Bueno, eso es importante. Eso es importante. Este...¿Qué pasa? ¿Por qué esta gente está super monitoriada? Algo debe haber allí, porque si no, no las hubieran tocado.

AA: ¿A qué--?

WT: [OV] [UI]...

AA: [OV] ¿--A qué gente dices tú? ¿A mis primas?

WT: Exacto. Eh, eh...algo hay, algo hay allí, algo hay.

AA: Pero no te--

WT: [OV] Algo hay....

AA [OV]-- no te entiendo...¿A quién están buscando, a los Trenard Antonini?

WT: Es que si no, no hubieran puesto esa, ese movimiento tan extraño con, con, con, con estas muchachas...muchachas, mujeres...que sé yo. Pero son abogadas, entonces están, este...alguna conversación, alguna vaina. Eh...están buscando la vuelta pa' cercarte, pero eso viene de ahí, que es lo--lo que a mí me extraña porque eh... al contrario, tú te has portado bien con ellos, ¿no?

AA: ¡Qué cagada, chamo!

WT: Este, por eso, por eso, este...coño, hay que estar pendiente, brother. Hay que estar pendiente. Mira, eh, tú tienes que tener un, una estrategia de respuesta inmediata, hermano. Porque, porque, eh...¿cómo te digo? Ahí no hay, eh... a lo mejor no hay chance sino ta-ca-ta-ta y darle bien duro en el momento en que haya que darle...

AA: [OV] Bueno, y, y una pregunta, y, eso que te dijeron de las tres letras aquí, ¿cuándo te lo dijeron, hoy?

WT: Ayer.

AA: ¡Verga!

WT: Ayer, y es--es--es--es preocupante...

AA: [OV] Pero, pero, pero...eh, pero te lo dijeron no es un chisme....no como--

WT: [OV] No...

AA: [OV] -- no viene de Venezuela como las mentiras que han inventado--

WT: [OV] No, no...

AA: -- o viene de aquí?

WT: No, no. Nada--nada de chisme. Te digo que yo no trabajo con chisme.

AA: No, yo sé. Pero acuérdate que antes tú, no, pero acuérdate que te decían yo estaba con la, con la CIA, con la FBI, con--de vaina no me pusieron a trabajar con el 007. Tú, tú sabes--tú--sabes eso.

WT: No de vaina no te ponen a trabajar con 007. Pero, cuando es esa estrategia, esa estrategia, es que en algún momento te lo van a sacar [UI] duro. Entonces, ¿qué pasa? Te queman allá.

Eh...acuérdate la, la guerra de los vikingos cuando queman el barco, no tienes pa' donde coger, brother, pero cuando se lo...cuando uno lo quema, pero cuando se lo quema otro coño de madre a uno, se queda uno nadando sin salvavida. Entonces ahí es donde tienes que tener el movimiento de salida-- ¿Por qué? Porque ese es el estilo, primero que ese es el estilo de, "Huy, me--me metí mal" No, ese es el estilo de aquí, entonces, este...eh, cuando, cuando se empiezan a mover todas esas cosas, esos cauces, ¿comprendes? El cauce de allá a mi preocupa más que el cauce de aquí. ¿Por qué? Porque el cauce de allá es--es donde supuestamente deberíamos tener apoyo y no lo tenemos, entonces, este, eh...eh...eh... ¿Qué, qué razono yo? Te están forzando a un, a dar un paso a'lante o te están fo...eh--eh, hay que, hay que--hay que analizarlo, ¿comprendes? Todo eso tienes que analizarlo. Lo único es qué, este...yo pienso que tienes que estar más en movimiento, tú no puedes estar eh...o sea....ya, ya paso la etapa de descanso. No sé si me entiendes.

AA: Sí, sí

WT: ¿Ah?

AA: Sí, creo que yo...creo que tienes razón.

WT: Mira, ya paso la etapa de descanso. Yo te aconsejo, este, y...y bueno...cuando me invites a almorzar, una comidita más o menos, una paellita puede ser--

AA: [Ríe]

WT: -- este--eh-eh, tenemos que tener tres, tres carros diferentes, tenemos que tener otras cosas, tenemos que tener una cosa, este... ¿Por qué? Porque eh...para echar gasolina no puede ser la de la, la de tu nombre porque me rastrean el nombre de la gasolina, ¿comprendes?

AA: Claro, claro.

WT: Este, entonces tú no sabes si mañana tengo que coger un Volkswagen, este, y ir a visitar a Schwarzchenegger...[PH]

AA: Okey.

WT: Eh, ¿entiendes? -- eh--¿por qué? Porque eh, tienes que hacer una estrategia. Ya descansaste, ya dormiste, ya estás bien, este...hay que empezar a, hay que estar en movimiento, en movimiento. Movimiento, brother, yo que se lo aconsejo.

AA: Bueno.

WT: Porque no sabes de donde brinca la liebre. Eso de allá me preocupa mucho porque ese tipo, el, el de pelo blanco, es...con su carita y su vocecita suavecita...no joda...

AA: Bueno, yo pensé que me estaban ayudando, pues. Pa' que tu sepas. ¡Qué vaina!

WT: ¿Qué-- qué?

AA: Yo pensé que me estaban ayudando, pa' que tu sepas.

WT: Bueno, este...já....este..te vas a volver a pensarlo.

AA: Bueno, dale pues. Dale.

WT: [OV] Pero tienes que estar, lo único que tienes que estar es muy, pero muy pendiente y en movimiento. Acuerdese de, hay que tener eh...¿Cuántas ruedas tiene un auto? Cuatro, ¿no?

AA: Sí, sí, sí.

WT: Hay que tener 12 ruedas listas, o sea, tres. Por, por una u otra razón ¿no? Eh...eh...eh...eh...cuando a uno no le dan... después, después uno no tiene tiempo de preparar eh, eh--eh la circulación. Hay que prepararla antes.

AA: Dale pues Wladimir. Dale que me paré en un brio [sic]-- para hablar contigo, para poder escucharte y--

WT: [OV] Oh...

AA: --.no quiero que se vengan a parar para ver qué me pasó.

WT: Este...yo, yo voy bajando es mañana en la noche, okey?

AA: Dale, un abrazo.

WT: Bueno, llámame ahora, más tarde, cualquier cosa.

AA: Dale, hermano.

WT: Este...chequea pero, eh...cuando vayas a hablar con alguien chequea eh, de--de otra forma, ¿no?

AA: Bueno o...perfecto, pero, creéme ya vas a ver cuando me veas, tengo varios teléfono de esos que tú compras en 7-eleven, esos que me han comprado amigos míos y...y les, los abro el paquete, los uso un día por--por medio.

WT: Okey, eh, eh, exacto. Hay que chequear las cosas, este...

AA: [OV] Éste, éste, éste, éste. Éste lo acabo, éste lo acabo de, de esos chi--chimbos, de esos que venden en los 7-eleven, tú los conoces.

WT: Ajá, ajá. Okey eso es importante, y, y, y cambiar, cambiar, es cambiar, cambiar eso es...

AA: [OV] [UI] Bueno, eso, esos los cambio, Wladi.

WT: [OV] Me llamas...[UI]...

AA: [OV] Tengo el, tengo el que siempre me llamas pa', pa' poder comunicar--pero llamo--

WT: [OV] Sí

AA: [OV]-- de estos por, por esa misma vaina, pues.

WT: Okey. Llámame, llámame, eh...¿cómo te digo yo? Eh..me llamas, me llamas en cualquier momento--pero--

AA: [OV] Dale...

WT: --.eh, ve, ve adelantado eso, coge tu papel, ve anotando, "esto es así, esto es asao..." ¿Por qué están chequeando esta gente? No me preguntes pero hay un movimiento muy fuerte allí, en ese grupo Trenard Antonini por algo, por algo...

AA: [OV] Pero, pero, pero, de--dejame decirte, de verdad o sea, de verdad, mira...pero promesa...

WT: [OV] No, no.

AA: [OV] Yo no los veo desde hace 25--

WT: [OV] Si, eso lo sabes tú mejor que yo--

AA: [OV]-- años por lo menos.

WT: -- eso lo sabes tú mejor que yo. Pero qué puede haber detrás de eso. Eso lo sabes tú mejor que yo. Yo no lo sé. Yo simplemente, este, eh...eh...eh...esto es lo que hay "Mire, jefe, hay esto...uh, ah, bueno okey perfecto, listo". Okey? mi, mi, mi trabajo es cumplir en alimentarte de lo que recibo, entonces tú lo analizas.

AA: [OV] [UI] Dale, pues. Yo, yo pensé que me ibas a dar buena noticia de Venezuela [Ríe]...coño de la madre, dale...

WT: [OV] [UI]...Eh...já...eh...yo prefiero ser sincero.

AA: Dale pues, un abrazo, Wladi--Wladimir.

Wt: Chao.

[Fin de la llamada]

AA: 5:22 p.m. ah...December 6th, 2007. This was a call between Wladimir Torres and Alejandro Antonini. This call was authorized by the FBI