miércoles, 21 de febrero de 2018

NYTimes: Cuando la justicia le pone freno a una tuitera

Y un buen día le pararon el carro a un tuitero. Ocurrió recientemente en la Argentina, cuando un juez condenó a la mujer detrás de una cuenta anónima de Twitter que utilizó para difamar a un empresario, al que no conocía, pero acusó de delitos que no había cometido.



Como cabía esperar, la decisión generó ruido en la Argentina y llevó a un debate sobre cuáles son los límites de la libertad de expresión en una época en la que todo parece valer en las redes sociales. ¿Cómo lidiar con las agresiones, las injurias y las difamaciones? ¿Qué hacemos con las cuentas anónimas, ya sea en Twitter, Facebook o cualquier otra red social? ¿Y con los troles?

Twitter es la puerta del baño público del siglo XXI. Podés toparte con perlas: reflexiones, ideas, humor, poesía y campañas sociales y políticas. Pero también con lo peor: fake news, intolerancia, racismo, xenofobia, pornografía infantil y mucho más. ¿Qué hacer, pues? ¿Quién le pone el cascabel al gato? Más aún: ¿hay que ponerle cascabel?

pd: el resto de la nota publicada hoy en The New York Times, acá.

lunes, 8 de enero de 2018

NYTimes: Lo que hay que tener

La noticia pasó de largo en los medios de comunicación y agencias de noticias de la Argentina y el resto de América Latina. Apenas un par de cables, del 22 de diciembre, informaron que un ex ejecutivo de la multinacional alemana Siemens se declaró “no culpable” ante una Corte Federal en Nueva York de lavar dinero para pagar coimas en la Argentina y, por tanto, afrontará un juicio oral en Estados Unidos en julio de este año.



Dicho de otro modo, la justicia de Estados Unidos detuvo y juzgará a un alemán por presuntos delitos cometidos en la Argentina, donde esos crímenes siguen impunes desde hace ya veinte años. O: la justicia de Estados Unidos juzgará lo que la de la Argentina no pudo o no quiso juzgar durante las últimas dos décadas. Y eso nos lleva a algo más profundo que el “caso Siemens”, algo más sistémico y generalizado que solo un caso en la Argentina.

¿Cuál es el remedio para ese flagelo permanente? No hay una receta universal. Pero Lava Jato aporta algunos indicios que pueden llenar el vacío y ser imitados en toda América Latina: mejores herramientas legales y más presupuesto, sí, pero también contar con instituciones que seleccionen, promuevan y protejan a jueces y fiscales que tengan, como decía Tom Wolfe, “lo que hay que tener”.

pd. el resto de la columna publicada hoy en el NYTimes, acá.