Cuentan los que saben que Moisés Maiónica y Carlos Kauffmann se dejan ver por el sur del estado de la Florida.
Ambos, vale aclarar, mantienen un perfil mucho menos expuesto que cuando eran los boliburgueses perfectos.
Y ambos recuperaron su libertad, tras cumplir sus condenas (reducidas como resultado de la negociación con los fiscales para declararse culpables y contar lo que sabían).
Pero ambos deben cumplir, aún, con algunas exigencias propias de lo que en Estados Unidos es el equivalente del Patronato de Liberados.
(de izq. a dcha: Maiónica Durán, Kauffmann y Wanseele en la Corte)
Eso no implica, sin embargo, que se recluyan en sus casas. Cuentan que comenzaron a reconstruir sus vidas (y en menor medida, sus negocios), mientras empiezan a dejarse ver por Miami, Key Biscayne y otras ciudades de la península.
No pueden salir de Estados Unidos. Y cuando puedan, es probable que no retornen a Venezuela, donde el gobierno bolivariano les desea todo tipo de males (recordar: ambos testificaron sobre el operativo chavista para acallar a Guido Alejandro Antonini Wilson con US$ 2 millones y amenazas).
En prisión permanece, mientras tanto, Franklin Durán, el ex socio de Kauffmann y compadre de Antonini (también sigue tras las rejas el uruguayo Rodolfo Wanseele Paciello, pero a quién le importa, ¿no?).
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