La verdad, se me escapó.
Es decir, mientras escribía el libro que causó este blog, revisé todos los archivos periodísticos que encontré. Busqué datos sobre el caso, sobre los personajes y de contexto.
En esos archivos corroboré lo que ya me habían comentado varias fuentes: que el embajador en las sombras para Venezuela, Claudio Uberti, amaba rodearse de muchachas jóvenes, bonitas o llamativas (muchas venidas de la Patagonia). Y que, al igual que su colega secretario de Transporte, Ricardo Jaime, tenía una suerte de "harén" trabajando para él en el OCCOVI (su empleo formal). Una fascinación por las señoritas que lindaba con una obsesión.
Pero esto, se me escapó.
Publicó Clarín, el 10 de agosto de 2007, cuando nacía el escándalo por el "maletinazo" y Uberti comenzaba a despedirse de su cargo público: "Esa preferencia por el trabajo con las damas no lo dejó indemne a Uberti: tiempo atrás, el gremio estatal, ATE, armó un escrache frente a su despacho, con volanteada, por las denuncias que éste acumulaba por acoso sexual".
pd: la nota completa, acá.
Hace ya muchos años, investigué para el diario LA NACIÓN el "maletinazo" de los gobiernos de Argentina y Venezuela. El resultado fue "Los secretos de la valija" y este blog. Estas páginas tomaron luego su propio rumbo, centradas en la corrupción y el lavado, y en los muchachos con maletines repletos de dinero, los "valijeros". Y de allí "Las coimas del gigante alemán", "La máquina de hacer billetes", "La Piñata" y "La Raíz". Pero la trama continúa...
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