Con un fallo unánime cargado de duros cuestionamientos, la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó ayer la validez de la investigación abierta por el caso Ciccone contra el vicepresidente Amado Boudou; su socio José María Núñez Carmona, y su presunto testaferro, Alejandro Vandenbroele.
La Sala IV de la Casación rechazó con los votos de sus tres miembros los argumentos jurídicos de Vandenbroele, con los que buscaba nulificar varias medidas de prueba, pero que terminaron por resultarle contraproducentes. Se topó con duras críticas por las prácticas "dilatorias" de su defensa, al decir de la Casación, con el aparente único fin de retrasar el avance de la pesquisa penal.
El voto de uno de los miembros de la Sala IV de la Casación, Juan Carlos Gemignani, fue el más contundente. Tras recordar las amenazas que sufrió Muñoz durante los últimos años, solicitó al juez federal del caso Ciccone, Ariel Lijo, que les otorgue la máxima protección posible a ella y a sus hijos. Según Gemignani, Muñoz puede encontrarse en serio riesgo tras declarar sobre "un grupo que, en consideración del cargo público ostentado por uno de sus integrantes [en alusión a Boudou], podía razonablemente asignársele una capacidad operativa de significativa trascendencia" para lastimarla (ver aparte).
El testimonio de Muñoz que buscó anular Vandenbroele incluye frases que el abogado monotributista consideraba funcionales a la fiscalía, como "Alejandro se encargaba de los negocios de Boudou".
No hay comentarios:
Publicar un comentario