Juro que no se trata de una “PNT” (para los desprevenidos, una “publicidad no tradicional”).
Juro que nunca se lo pedí al actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
Sí, claro, hablamos varias veces durante los últimos tres años sobre su rol en el llamado “caso de la valija” (cuando estalló el escándalo, él era el ministro de Justicia con responsabilidad sobre la Policía de Seguridad Aeroportuaria, PSA). Pero nunca, nunca, nunca le ofrecí unos mangos para que publicitara mi libro.
Sin embargo, bajo el título “La sombra de Antonini Wilson en Villa Gesell” me topo con esto en la sección de chismes políticos (el “Sólo en off”) del diario La Nación:
“Eran poco más de las 11 y, en el parador de Villa Gesell Ola-lá, Aníbal Fernández jugaba al truco con amigos, entre ellos, el diputado nacional José Díaz Bancalari. Las cargadas iban y venían. De pronto, alguien se acercó a la mesa de juego, a espaldas del jefe de Gabinete. Alto y corpulento, el hombre vestía bermuda y chomba rojas, tenía un bronceado caribeño y llevaba anteojos espejados. ‘¡Mirá, ahí viene Antonini Wilson!’, soltó uno de la mesa. Al ver al hombre, todos rieron, incluido Aníbal. ‘Trae los secretos en la valija’, bromeó”.
Gracias, Aníbal, luego arreglamos.
¡Clinck, caja!
pd: el link a la nota, acá.
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