El inesperado y multimillonario giro de la AFIP se centró en un solo balance de Cargill, correspondiente a 2005, aunque ya generó una correlación con lo que reclamaba a la firma por su balance de 2006. Más aún, podría disparar un efecto dominó sobre otras compañías con las que mantiene una agria disputa por los llamados “precios de transferencia”.
El allanamiento del organismo que lidera Ricardo Echegaray se plasmó en un expediente administrativo que tras años de debate dentro del organismo tributario pasó al Tribunal Fiscal. Allí, el ente recaudador comunicó por escrito que renunciaba a su reclamo, a pesar de que ya contaba con una “consulta vinculante” contraria a Cargill desde 2004 y fallos favorables para la AFIP de la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo en casos similares. Ahora el Tribunal debe decidir si se encuentra obligado a homologar esa decisión aún cuando contradice su posición histórica y la expuesta por la Justicia.
Ese mismo jueves 11 de julio, incluso, el ministro de Agricultura, Norberto Yahuar, afirmó que “hace falta ponerse el látigo en la mano para que el trigo aparezca” y sostuvo que tras la reunión con “los componentes de la cadena de trigo y harina” y que por eso “el precio bajó entre un 25 y 28 por ciento”.
Pero mientras algunos funcionarios amenazaban con leyes y “látigos”, la AFIP cedió más de $ 44 millones en impuestos e intereses reclamados a Cargil por el ejercicio 2005, según consta en la resolución 5/2013, monto al que también habría que sumar el correspondiente a 2006, también reclamado.
pd: el resto de la nota publicada en LA NACIÓN, acá.
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