viernes, 2 de mayo de 2014

La Casita del Horror

AUSTIN, Texas.- Bernie Madoff era encantador. "Charming", como dicen los gringos. Elogios por aquí, alguna frase sobre arte o algún buen vino por allá. "¿Te gustan los buenos cigarros?", preguntaba al pasar, mientras comenzaba a hablar de negocios, aunque no mucho. Apenas lo suficiente como para tentar al cliente potencial. Y, al poco tiempo, una caja de cigarros de lujo llegaba a tu casa.

Sobria, elegante, de madera de cedro oscura, con letras doradas, la caja buscaba reforzar el mensaje tácito de Madoff: "Confía en mí, soy sólido, soy consistente". Y allí iba el desprevenido. Halagado, tentado, caía en la trampa. Porque mientras el pajarito gozaba de esos cigarros, el buen Bernie le esquilmaba cientos de miles de dólares. O de millones. Por un total superior a los US$ 20.000 millones con una rueda que se extendió desde los 70 hasta diciembre de 2008.


Una de esas cajas, que es lo único que le quedó a uno de sus clientes tras lidiar con Madoff, se exhibe ahora en Austin, en el "Museo del Fraude", una pequeña "casa del horror" económico que la Asociación Estadounidense de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE, por sus siglas en inglés) montó junto a su cuartel central. Allí le recuerda, a otros pajaritos -pasados o potenciales- qué puede ocurrir cuando se topan con los vendedores, profesionales, de humo.


Ejemplos sobran.

Así, a unos pocos metros de los cigarros de Madoff, se exhibe una de las acciones de Enron, que cotizaban como rubíes hasta que el colapso del gigante en 2002 se fagocitó más de US$ 30.000 millones, junto a decenas de miles de empleos y fondos de pensión.

pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.

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