Anda algo enfadado porque, dice él, la investigación en la Argentina no se mueve tan rápido como debería, más allá de que él no viaja a Buenos Aires para testificar. "Yo no soy la única llave, ni la única solución para este caso", argumenta.
Plantea, con cierta lógica, que había otros siete pasajeros (más dos pilotos) en aquel vuelo.
El problema, claro está, es que todos callan lo que saben. Sea por presión externa o para evitarse probleas propios...
El link a la nota, acá: http://www.lanacion.com.ar/1205478
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