El corredor K

Todo llega y todo pasa.

Si no, que lo diga el boliburgués Carlos Kauffmann, que de megaempresario petrolero en Venezuela pasó a preso condenado como agente encubierto en Florida y se reconvirtió, ahora, en corredor de carreras.

La historia comenzó tiempo atrás, el año pasado, aunque por entonces se cuidaba de mantener un bajo perfil y no darse a conocer demasiado por su apellido.

El sábado 19, no obstante, eso quedó atrás, según surge de las noticias que dan cuenta de que subió al podio tras llegar tercero en la carrera conocida como “Las 12 Horas de Sebring”.

Apodado “el demonio” por quienes lo frecuentaron en Caracas, Kauffmann lideró gran parte de la competencia a bordo de un Porsche 911 GT3, en la primera competencia de la categoría “American Le Mans Series”.

“Una penalización antes de llegar la octava hora y otros pequeños problemas nos retrasaron un poco”, se lamentó Kauffmann, que continúa radicado en Estados Unidos junto a su familia, tal como negoció con la Fiscalía: él declaraba en contra de los demás acusados si –y sólo si- los gringos no lo deportaban a Venezuela (donde estaba seguro que lo harían arepas en menos de 24 horas) tras cumplir su condena.

De Antonini, vale aclarar, no dijo nada.

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