Con su rostro difuminado para que no se lo reconozca, el uruguayo Rodolfo Wanseele Paciello rompió el silencio anteayer y salió por la televisión de su país.
En resumen, negó haber actuado como agente encubierto de Venezuela en Florida y dujo que su único error fue haber llevado en su automóvil al agente de la dirección de inteligencia bolivariana (Disip) Antonio José Canchica Gómez a ver al empresario venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson a un café Starbucks.
“Nunca supe que Canchica pertenecía a inteligencia”, afirmó al noticiero Subrayado, del Canal 10 de la televisión uruguaya. Fue más allá en su negativa: “No conozco a nadie del Gobierno, no tuve ninguna vinculación directamente con el Gobierno ni con militares”.
Según Wanseele, cuando fue arrestado le dijeron: “Nosotros sabemos que vos no tienes nada que ver con esta situación, pero como estabas allí y le diste apoyo local te tenemos que arrestar”.
Más aún, argumentó que los documentos presentados en el juicio demuestran su inocencia. “No tuve ninguna reunión, no tengo ninguna grabación de audio, no he recibido nada de la valija y no tengo nada que ver con ese asunto ni tampoco trabajo para ninguna inteligencia, yo vivo de mi trabajo”, se defendió.
Cuatro comentarios cortitos sobre lo que dijo:
1. Omitió aclarar por qué se encargó de las tareas de contrainteligencia en el estacionamiento de Plantation, Florida, mientras Canchica y Antonini se reunían en el Starbucks, lo que incluyó las fotografías que él le tomó a la gente del lugar, incluidos los agentes del FBI (que a su vez le tomaron la foto que ilustra este post).
2. Omitió aclarar por qué justo antes de llevar a Canchica le quitó unas calcomanías y otras señas identificatorias a su auto (creo que era un Ford blanco, si mal no recuerdo), y por qué volvió a ponerle la calcomanía cuando lo volvió a dejar en el hotel.
3. Omitió aclarar por qué condujo de una forma tan peculiar (más de una hora y por momentos a 110kms/h y en otros a 20kms/h en una autopista, con múltiples desvíos y contramarchas) para llevar a Canchica de regreso a su hotel, distante a 10 minutos del Starbucks.
4. Omitió aclarar por qué, si no tiene vínculos con la inteligencia venezolana, él se encargó de comprar repuestos para los helicópteros de la Disip durante los años previos al caso del maletín (más allá de que su ex mujer, además, es oficial de la Disip, lo que ya era mientras estaban casados y ya separados fue ella quien lo llamó para conectarlo con Canchica).
Una lástima, me quedé con las ganas de que dijera la verdad…
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