Titulado “Oposição venezuelana cobra apoio do País à democracia”, el artículo de la Agência Estado publicado en estadao.com.ar reportó sobre el panel del Foro Económico Mundial en el que participé la semana pasada.
El texto, redactado por Luciana Nunes Leal, incluye un par de citas mías en el último párrafo: “O jornalista argentino Hugo Alconada Mon, que ocupa o cargo de editor investigativo do jornal La Nacion, citou o acesso à informação como parte fundamental dos direitos humanos, ao lado de temas como segurança e combate à pobreza. ‘Os direitos humanos na América Latina não podem ser defendidos em parte’, disse. ‘Temos uma divisão política na América Latina que faz com que os direitos humanos sejam um discurso político simplesmente. Temos uma violência crescente, narcotráfico, grupos armados e ilícitos estão ocupando espaço’ afirmou. ‘Na Venezuela, o narcotráfico está ganhando importância no sistema político e social e percebemos uma falta de interesse nessa questão’”.
El único y pequeño detalle es que yo sí dije lo que me atribuye en las dos primeras citas. Pero no la tercera y última. En ninguna de mis intervenciones aludí a Venezuela. Ni de manera directa, ni indirecta. Quien lo dijo fue otro panelista, el venezolano Yon Goicochea.
En otras palabras, puso en mi boca algo que jamás dije. O como decía Bill Bixby en la apertura de cada capítulo de “El increíble Hulk”: “Me acusan de un crimen que jamás cometí”. O, más simple, hicieron periodismo sobre mí.
Y, vale aclarar, yo asumo las consecuencias de mis actos y de mis palabras, sea lo que digo o lo que escribo. Pero una cuestión es bancarme las reacciones que puedan conllevar mis acciones... ¡y otra es bailar por cuenta y orden de otros! ja!
Dicho eso, también aclaro que no es la primera vez que me ocurre. Y eso me lleva a pensar, obvio, en las muchas veces que habré cometido pequeños (o grandes) errores en mis artículos. Y, también, a recordar que algunas veces la pifia no es del redactor sino de quien lo edita, que en busca de reducir unas líneas, corta por donde no debe y termina atribuyendo a A las palabras de B.
Ergo, por las dudas, aprovecho para pedir disculpas a quienes alguna vez me hayan padecido. ¡Y aunque sufran como Bixby, no se conviertan en Hulk!
pd: el texto completo, acá.
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