Si algo le faltaba al “valijero” Guido Alejandro Antonini Wilson era que lo catalogaran como “destituyente”. Y el mote se lo cargaron, nomás.
Porque no le alcanzaba con ser, para empezar, el supuesto dueño de la valija (que otros le endilgan al entonces recaudador de la campaña y embajador “paralelo” en Venezuela, Claudio Uberti).
Tampoco bastó con acusarlo de ser agente encubierto del FBI o de la CIA (el presidente Hugo Chávez lanzó esa tendencia, a la que luego se sumaron Luis D’Elía y AníbalF, entre otros).
Ahora, la onda es ubicarlo en la misma sintonía que los productores rurales argentinos y con el vicepresidente Julio Cobos, alias “el traidor”.
Y lo paradójico es que quien lo ubica en la nueva categoría es el ministro de Economía, Amado Boudou, aquel estudiante ultra-liberal del CEMA, de quien sus amigos de Mar del Plata (lo que me consta, porque hablé con ellos) aún no pueden creer que trabaje para un gobierno cuyas ideas denostaba/detestaba.
La cuestión es que Boudou –fanático de los Estados Unidos, de esquiar en Aspen, surfear en San Diego y del fútbol americano, pero no quiere que todo eso se sepa en el actual clima político, según propia confesión en Wikileaks- dijo: “Cristina sufrió ataques destituyentes, como lo de la valija de Antonini, el conflicto del campo y lo del vicepresidente, pero nos demostró que con convicción se puede llevar adelante un proyecto”.
Mientras tanto, eso sí, la jueza federal María Romilda Servini de Cubría no aprobó la rendición de cuentas del kirchnerismo por su campaña presidencial de 2007.
En aquella campaña, además de Servini, el también juez federal Ariel Lijo investiga si hubo empresas que aportaron dinero para la campaña electoral que luego fueron beneficiadas en negocios realizados con el Estado; y su colega Norberto Oyarbide (el mismo que sobreseyó de manera más que polémica al matrimonio Kirchner en la causa por presunto enriquecimiento ilícito) ya planteó en dos fallos que se pudieron haber lavado fondos proveniente de delitos en la campaña. Entre otros, de la “mafia de los medicamentos”, en particular Global Pharmacy, Multipharma, Unifarma y Seacamp, de Sebastián Forza, asesinado en el “Triple Crimen” de General Rodríguez por sus nexos con el tráfico de efedrina.
A todo esto, además, la fiscal en lo Penal Económico, María Luz Rivas Diez, pidió una larga lista de nuevas medidas de prueba en la investigación sobre los casi US$ 800.000 decomisados en agosto de 2007. Porque Boudou dirá que Antonini es “destituyente”. Pero las sospechas de Tribunales se centran en el recaudador Uberti.
pd: las declaraciones de Boudou, acá; la decisión de la jueza Servini y las investigaciones de Oyarbide y Lijo, acá; las medidas de prueba pedidas por la fiscal Rivas Diez, acá.
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