miércoles, 30 de octubre de 2013

Treinta años de democracia - un helado y sigamos

Mi recuerdo de aquel día es sencillo y sabroso. Un helado. Simple, ¿no? Con un aderezo: de una heladería de apellido sintomático: Massera. Nada menos.

Mucho se ha escrito y dicho, y se escribirá y dirá sobre los 30 años desde el retorno de la democracia a la República Argentina. Algunos textos son extraordinarios, como también lo son esfuerzos programáticos como la Red de Archivos Orales de la Argentina Contemporánea (ver, acá), así que prefiero reducir mi visión a eso: un helado.

Era chico, 9 años, segundo de cinco hermanos varones y familia de clase media a la que le salía un presupuesto, digamos, comprar facturas para un domingo por la tarde. Claro: con una docena no llegabas ni a dos por cabeza si contabas a los viejos.

La cuestión es que ese día, papá quería que fuera una pequeña gran fiesta. Que recordáramos ese día para siempre. Porque era único, aunque para nosotros, los pibes, fuera uno más. Mucho había pasado en nuestro país, en nuestra ciudad, en nuestra familia y a mis padres. Pero de eso me enteraría con el correr de los años.


Así que, con todo eso a cuestas, el viejo nos llevó a la escuela de 7 y 32 de la ciudad de La Plata, donde le tocaba votar. Entramos con él al cuarto oscuro (y sí, yo también creí que estaba a oscuras y con la pregunta obvia: ¿cómo hacías para agarrar la boleta correcta? ¿A tientas?), salimos, metió su voto en la urna y saludó a todas las autoridades de mesa.

Recuerdo, vaya a saber por qué, que a mí también se me ocurrió saludar a todos. Les di la mano. Y, como él, yo también repetí "gracias" mientras los saludaba.

Lo mejor para nosotros, los pibes, estaba por comenzar. Porque de allí nos fuimos a una cuadra, a 7 a 33, a la heladería. La de apellido lúgubre (hasta donde sé, los dueños nada tienen que ver). Cada uno un cucurucho. Un esfuerzo para el viejo; un recuerdo imborrable para la banda.

Hoy, 30 años después, la verdad no sé si mi padre se emocionó cuando metió su voto en la urna. Creo que, como tantas otras veces, la procesión por los que ya no estaban y por todo lo vivido le pasó por dentro. Pero no lo sé. En cambio, sí sé que desde entonces, cada vez que yo salgo del cuarto oscuro y meto mi voto en la urna, siento la imperiosa necesidad de agradecerle a cada una de las autoridades de mesa. Por estar allí y por lo que encarnan. Y sí, todas las veces que lo hago, me emociono.

Obvio, nuestra democracia arrastra enormes tareas pendientes, pero hemos avanzado muchísimo, con vaivenes y contramarchas, durante estos 30 años. Así que GRACIAS a tod@s l@s que cada día se han puesto las pilas, se han jugado el pellejo y sacrificado hasta lo indecible durante estas décadas.Y por todo lo alcanzado, sigamos.


pd: y mientras avanzamos, por favor, que el mío sea de chocolate y naranja.

5 comentarios:

  1. Que esquizofrénica es tu postura, alabas a la democracia y trabajas en el medio periodístico que más hizo por todas las dictaduras militares (fíjate los obituarios de los últimos genocidas del proceso en tu lugar de trabajo, repugnante).
    Por otra parte te dedicas a temas de frontera entre el estado y la administración tributaria denunciando a los que no pagan sus impuestos como corresponde y trabajas en el medio que le debe al estado nacional unos cuantos millones de pesos por maniobras de evasión fiscal.
    Pone de acuerdo tu práctica y tu teoría.

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    1. Disculpas por el retraso en responderte. Día ajetreado.
      En realidad, mi postura creo que es entendible.
      ¿Por qué?
      - el diario LA NACIÓN no es el mismo de la dictadura, como Página 12 no es el mismo que fundó Jorge Lanata; creer que este y aquel diario son lo mismo demuestra desconocimiento, hasta de quiénes eran y son sus dueños y periodistas;
      - en cuanto al reclamo de la AFIP, no es por "evasión" fiscal, sino por un régimen que existió y luego se eliminó, sobre lo cual el diario (al igual que otros) reclaman y la Corte propuso una mediación a la que la AFIP se niega, al punto de abrir un plan de pagos del que sólo excluyó a los medios;
      Puedo aportar algunos argumentos más (como que en este diario publico lo que se me canta sobre los genocidas, las empresas anunciantes -al punto de que una de mis notas le costó $ 5 millones en publicidad levantada al diario- o sobre los amigos de los dueños -en notas sobre la moratoria- o las "corporaciones mediáticas", como Clarín, pero creo que eso es explayarme de más.
      De todos modos, si lo deseás, espero tu comentario por aquí o al mail secretosdelavalija@gmail.com
      saludos,
      hugo

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  2. Primero, gracias por contestar.
    Segundo, tenés razón no se le imputa evasión sino "apropiarse indebidamente de un beneficio". Copio y pego:
    "Con su pronunciamiento, el juez reconoce la legitimidad del reclamo de la AFIP, en lo que respecta a la presentación en la que sostiene que La Nación se habría apropiado indebidamente de un beneficio desde octubre de 2003 a la fecha por más de 160 millones de pesos, al computar las contribuciones patronales como crédito fiscal en el Impuesto al Valor Agregado, según fuentes judiciales."
    Tercero: me gusta mucho tu blog a pesar de que estamos en las antípodas ideológicas... o tal vez por eso.

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