Le dicen “el Sordo”, pero sólo lo es de un oído. Resultado,
cuentan, de un balazo que recibió mientras transportaba dinero en efectivo. Él,
sin embargo, prefiere el bajo perfil. Se llama Juan Carlos López. Y
es, junto a José María
Núñez Carmona, un eje clave para comprender la trama
societaria y patrimonial multimillonaria que rodea al vicepresidente Amado
Boudou, investigado por su presunto enriquecimiento ilícito.
Testigo en el juicio de divorcio de Boudou, la relación
entre ambos viene de años atrás, como derivación del vínculo que el “Sordo”
mantiene con Núñez Carmona desde los tiempos en que el humilde amigo de Boudou
devenido en empresario, también investigado en el “caso Ciccone”, se metió en
los negocios del correo y de la basura en Mar del Plata.
Asistente, secretario privado y empleado multifunción de
Núñez Carmona, el rol de López creció aún más durante los últimos seis años.
Apareció como socio, presidente o director en al menos ocho sociedades anónimas
vinculadas a “Nariga” o, incluso, al propio vicepresidente, según verificó LA
NACION en distintos registros públicos del país.
Aún así, López mantiene su domicilio de siempre en una sencilla
casa de un barrio trabajador y periférico de Mar del Plata. Y no exhibe grandes lujos, más allá de un auto honda,
aunque las sociedades en las que aparece son dueñas de inmuebles que valen
millones en esa misma ciudad, en la que su esposa trabaja como escribana.
pd: el resto de la nota publicada en LA NACIÓN, acá.
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