Dicho y hecho.
En el inmueble más humilde de toda la humilde cuadra, el fondo holandés Tierras International Investments había fijado su domicilio y nombrado un apoderado legal: Carlos Schneider.
Jubilado de la marina mercante, Schneider mostraba un rasgo singular. A todo el mundo, incluido a su perro y desde el momento en que nos conocimos a mí también, apoda "Piluso".
Volví al diario y publicamos este artículo (ver, acá) el 11 de febrero de este año en LA NACION. Y luego, "Piluso" Schneider tuvo sus cinco minutos de televisión en el programa de Jorge Lanata.
Ahora, cinco meses después de aquella publicación inicial, Schneider fue citado a declarar ante la Justicia, según informa hoy Clarín (ver, acá). Pero, en rigor, no tiene mucho para contar. Sabe poco y nada. Apenas que cobró unos pocos mangos por firmar unos papeles.
Ni siquiera sabe que el fondo holandés que representa (y que controla la mitad de las acciones de The Old Fund, la sociedad dueña de la ex Ciccone) figura disuelto en el Registro Público de Comercio de Amsterdam, Holanda, desde mediados de febrero.
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