Una buena y una mala en el "caso Ciccone", según de quién se trate.
La buena: Uno de los dueños de la empresa London Supply, Miguel Ángel Castellano, despegó al vicepresidente Amado Boudou y a su socio, José María Núñez Carmona, de las gestiones para que su firma depositara el $ 1,8 millones que destrabó a mediados de 2010 el levantamiento de la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica. Castellano admitió que es amigo de Boudou y de sus hermanos, y también de Núñez Carmona, desde hace décadas, pero afirmó bajo juramento que ese aporte millonario respondió a una oferta que le realizó por su cuenta Alejandro Vandenbroele, al que también dijo conocer desde su juventud en Mar del Plata. Más, acá.
crédito: portal Infobae.
La mala: la justicia uruguaya citó a declarar al presunto testaferro de Boudou, Alejandro Vandenbroele, acusado de lavar activos ilícitos en ese país como paso previo para financiar la resurrección de la ex Ciccone (copia de la citación, arriba). Según reveló ayer el portal Infobae, deberá presentarse a declarar el martes 4 de febrero ante el juez en lo Penal Especializado en Crimen Organizado Néstor Valetti, quien semanas atrás ya había ordenado congelar de manera preventiva las cuentas bancarias de Dusbel SA, una sociedad bajo control del abogado monotributista en ese país. Más, acá y acá.
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