Las cuentas secretas del HSBC ofrecen una realidad argentina singular: las amas de casa criollas figuraron como el oficio más común entre quienes giraron fondos a Ginebra.
Manejaron millones de dólares, operaron en paraísos fiscales y en ciertos casos realizaron viajes de negocios, aunque no llegaron al nivel de sus compañeras de oficio internacionales, que llegaron a acudir a las más coquetas fiestas sociales con reyes y princesas.
Mujeres de entre 55 y 60 años que se definen a sí mismas como "amas de casa" conforman, en efecto, el número más representativo de clientes que giraron fondos a Ginebra desde la Argentina. Con otro rasgo adicional: muchas sacaron sus ahorros del país huyendo del fin de la convertibilidad, el corralito, el corralón, el default y todo lo que vino después.
El 41% de las cuentas secretas de argentinos en el HSBC en Suiza se abrió entre 2000 y 2002. Sólo durante ese último año -el primero de Eduardo Duhalde como presidente interino- se abrieron el 24% de las cuentas. Otro pico fue 1997. ¿Por qué? ¿Influyeron acaso los coletazos de la llamada "Crisis del Tequila" de 1994? ¿O los primeros síntomas de agotamiento de la convertibilidad?
Esos dos grandes picos de aperturas muestran, además, montos de ahorros muy distintos. Así, mientras que el promedio de fondos -al momento en que Falciani se llevó la información del HSBC- entre las cuentas de argentinos abiertas en 1997 trepó a US$ 10,8 millones, bajó a US$ 1,6 millones entre quienes huyeron del país en 2002.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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