Los elegidos no llegan seleccionados desde las mejores universidades ni fueron reclutados en las escuelas de las fuerzas de seguridad nacionales o provinciales, como ocurre en otros países.
Se trata de una nueva forma de captación de potenciales espías. La nueva y "democratizada" Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que reemplazará a la ex SIDE, ya tiene sus primeros candidatos a agentes. Son militantes de varias organizaciones políticas, como La Cámpora y el Movimiento Evita, y hasta ex candidatos a intendente del conurbano y comuneros de la ciudad de Buenos Aires, confirmaron cinco fuentes del área a LA NACION.
Se trata de una nueva forma de captación de potenciales espías. La nueva y "democratizada" Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que reemplazará a la ex SIDE, ya tiene sus primeros candidatos a agentes. Son militantes de varias organizaciones políticas, como La Cámpora y el Movimiento Evita, y hasta ex candidatos a intendente del conurbano y comuneros de la ciudad de Buenos Aires, confirmaron cinco fuentes del área a LA NACION.
El número total de militantes es incierto. Pero oscila entre 200 y 300 personas, en su mayoría jóvenes. Entre ellos, hay unos 20 miembros del círculo íntimo del flamante "señor 5" y ex secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
La incorporación de los partidarios del kirchnerismo más radical a las filas de la ex Secretaría de Inteligencia se produce como parte de la anunciada "democratización" de los servicios de espionaje que prometió la Casa Rosada, que también impulsó la reforma de la ley nacional de inteligencia y la creación de la AFI, aprobada hace cuatro días.
Estos militantes, transformados en nuevos espías, que heredará el próximo presidente, ya pasaron el primer filtro de selección. Para eso, todos llegaron recomendados por algún referente. Y ahora completan cursos intensivos -de sólo 20 días de duración, según dos informantes- en la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI), situada en un palacete de la calle Libertad al 1200, en el barrio de Recoleta.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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