Primero, reiteró que el (en teoría) contralor de los peajes argentinos, Claudio Uberti, se movía muy, muy lejos de las rutas argentinas y muy, muy cerca de los negocios con Venezuela. Más aún, que actuaba como embajador argentino (el comercial) en Caracas. Es decir, que fagocitaba parte (mucho) de su trabajo.
Segundo, detalló que la secretaria de Uberti, la polifuncional Victoria Bereziuk, era mucho más que una secretaria. Al punto, por ejemplo, de tomar decisiones sobre la agenda bilateral sin siquiera consultar con sus superiores.
Tercero, sumó a José María "el Vasco" Olazagasti, el entonces (y actual) secretario privado del ministro de Planficación Federal, Julio de Vido, a la avanzada argentina "paralela" en Venezuela. Con funciones que, como si hiciera falta aclarar, excedían por mucho las de un porta-agenda de un ministro.
En suma, una suerte de "tres mosqueteros". Pero en Venezuela, en vez de en Francia. Y en lugar de defender al Rey, actuando en nombre de... ¿de quién?
pd1: Olazagasti es quien destrabó el ingreso de Guido Alejandro Antonini Wilson a la Casa Rosada, tras una llamada de Bereziuk, según cuentan fuentes argentinas y venezolanas
pd2: más datos, acá.
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