"A nadie le gusta que lo involucren en un tema así", planteó Cobos. Esta semana, buena parte de sus colaboradores repartieron instrucciones para evitar que el vicepresidente quedara salpicado con las denuncias.
El problema es que fue Cobos quien recibió a los empresarios y lobbistas sospechados de intermediar en las supuestas coimas que dominaron la relación comercial entre la Argentina y Venezuela. Los recibió en Mendoza, cuando era gobernador y comenzaba a sonar como candidato a vicepresidente con Cristina Fernández de Kirchner.
La primera reacción provino de la oposición, mientras el Gobierno se complace de no enchastrarse solo. Uno de los alfiles de Elisa Carrió, el diputado Juan Carlos Morán, le apuntó al vice: "Está mencionado como contacto de Giménez, se sabe de sus reuniones con Rangel [gobernador del Estado Bolívar, en Venezuela] y de su relación con Uberti. Alguna explicación debería dar". Y agregó: "Fue vice de un poder corrupto. No se puede lavar las manos".
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