Para Guido Alejandro Antonini Wilson, salir de Estados Unidos es lo mismo que ir a prisión. O, más drástico, ser hombre muerto. Tan simple como eso, dice desde Key Biscayne, donde aún vive junto a su familia. El "maletinazo", añade, es un escándalo que se diluye, mientras que la "fiesta" continúa en las relaciones bilaterales entre la Argentina kirchnerista y la Venezuela bolivariana.
"Si voy para allá [por Buenos Aires], iré sin ningún tipo de garantía", afirma, receloso de la influencia que la Casa Rosada pueda ejercer sobre jueces y fiscales.
- Pero ¿aceptaría ser extraditado y declarar en Buenos Aires?
-Si voy, es para aportar algo al bien común, pero ir a estrellarme contra una pared, a una trampa más, no.
Antonini sospecha de todo y de todos. "La Argentina pide mi extradición para quedar bien con la prensa, para decir que la pidieron y que no se la dan -opina-. Pero mientras tanto, se acabó el escándalo de la maleta y la fiesta siguió. Con otros nombres, pero continúa". Alude así al entorno del ministro de Planificación, Julio De Vido, grupo en el que descollan Claudio Uberti y José María Olazagasti y al que siempre responsabilizó por el caso.
-¿Las autoridades estadounidenses lo contactaron por el pedido de extradición?
-Hace más de un año, me preguntaron si quería declarar en la Argentina. Respondí que si me daban garantías, sí.
-¿Y aceptaría ir a Caracas?
-Si voy para allá, estoy muerto.
pd: el texto completo, acá.
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