Pero no hay nada que festejar.
En Estados Unidos, hubo 4 arrestos. Tres se declararon culpables (Moisés Maiónica, Carlos Kauffmann y Rodolfo Wanseele Paciello); 1 fue condenado en juicio (Franklin Durán).
En Venezuela, je, je, je... allí sí que es una fiesta.
Y en la Argentina, 1 sospechado recibió la falta de mérito (Claudio Uberti); 1 sigue con pedido de captura internacional (Guido Alejandro Antonini Wilson); 2 más se encuentran con pedidos de paradero (Daniel y Diego Uzcátegui); y varios siguen en el poder.
Porque tras tres años, en la Argentina aún se ignora:
- de quién era la valija (y el dinero);
- si había otra valija (con US$ 4,2 millones);
- quién destrabó el ingreso (sin dejar constancia) de Antonini Wilson a la Casa Rosada (las fuentes señalan al secretario del ministro Julio de Vido, José María Olazagasti);
- qué ocurrió (dentro del Gobierno) en las horas que mediaron entre el decomiso (madrugada del sábado 4) y el estallido del escándalo (noche del lunes 6).
En resumen, guste o no, muchos años atrás, Alfredo Yabrán lanzó una gran definición:
"El poder es impunidad"
pd1: en cuanto a aquellos US$ 800.000... siguen a la espera de que alguien les declare su amor y los reconozca como propios. A cambio, el pretendiente se queda con la mitad (US$ 400.000) y una condena penal menor. Voluntarios, presentarse en el fuero Penal Económico.
pd2: la alusión a Yabrán no es casual. Por esas perversas vueltas del destino, el hijo del polémico empresario, Pablo, figura en el directorio de Royal Class, la empresa del avión Lear Jet en el que llegaron Antonini, Uberti y la(s) valija(s).
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