Pragmáticos como pocos, los diplomáticos estadounidenses pronto trazaron el mapa del Quién es Quién en la Argentina K. Así fue como, a la hora de discutir visiones, planes y estrategias frente a un tercer país, la Venezuela de Hugo Chávez, los gringos no se fueron con vueltas, según surge de los cables obtenidos por Wikileaks (y difundidos por La Nación, este martes, pero yo enfilaba para Colombia, por lo que recién ahora pude postearlo).
Así es como queda claro que una de las fuentes más preciadas del gobierno de Estados Unidos es el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, al que calificaron no sólo como un "super minister" por su influencia, sino como el "canciller de facto para Venezuela, Bolivia y Ecuador" (cable 151.983).
Si eso no es “diplomacia paralela”, la diplomacia paralela dónde está.
En otro cable, el 61.393 de abril de 2006, la embajada también expuso su preocupación por la "creciente grieta entre los consejeros de Kirchner". De un lado ubicó a De Vido, "que quiere mantener la relación con Venezuela estrictamente en los negocios y evitar la ideología", y del otro, a "una minoría bolivariana en el movimiento peronista liderada por Alicia Castro".
Un tercer cable, el confidencial 98.698, de marzo de 2007, revela además la reunión de De Vido con el número tres del Departamento de Estado, Nicholas Burns [en el texto de LN figura "William", pero es inexacto]; el subsecretario de Estado para las Américas, Tom Shannon (actual embajador en Brasil; en la foto con De Vido), y el entonces embajador en Buenos Aires, Earl Anthony Wayne. A los tres, el “super minister” les explicó que las "buenas relaciones con Chávez estaban basadas en asuntos comerciales y económicos".
De ideología, nada, gracias. Billetes. Contantes y sonantes. En negocios y, por lo visto con su segundo, ClaudioUberti, en valijas.
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