El 9 de diciembre (sí, lo sé, fue hace un mes, pero como diría El Diego, se me escapó la tortuga), fue el Día Internacional contra la Corrupción. Y el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, difundió un mensaje.
Es breve, pero interesante.
“La corrupción aflige a todos los países, minando los progresos sociales y alimentando la desigualdad y la injusticia. Cuando personas e instituciones corruptas roban unos fondos para el desarrollo que se necesitan desesperadamente, están robando a los pobres y las personas vulnerables la educación, la sanidad y otros servicios esenciales”, arrancó.
Luego, alertó que “la corrupción puede marginar a los
pobres”, pero que “no los silenciará”. Y recordó lo que ocurrió en el mundo
árabe, tras el bonzo de Mohamed Bouazizi (ver acá). Remarcó, además, el rol que puede y debe jugar el
sector privado, que “puede salir enormemente beneficiado”.
“En este Día Internacional contra la Corrupción,
comprometámonos a hacer la parte que nos corresponde tomando medidas enérgicas
contra la corrupción, avergonzando a quienes la practican y engendrando una
cultura que valore el comportamiento ético”.
pd1: el texto completo, acá.
pd2: sobre la idea de “avergonzar” a los corruptos por el
lado del rechazo social, ver acá.
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