domingo, 29 de abril de 2012

El desenchufe holandés

Corrían los primeros días de febrero último cuando, Antal Camillus Theodoor DeWitte recibió un alerta desde Buenos Aires. Escribano público en Katwijk, una pequeña ciudad sobre el Mar del Norte que queda a 16 kilómetros de La Haya, Holanda, le informaron que Alejandro Vandenbroele, el responsable del fondo que él había constituido, Tierras International Investments CV, les había ocultado información. Peor aún, que se lo vinculaba al vicepresidente argentino, Amado Boudou, y a un caso de presunto lavado de dinero. Sin más, sin siquiera llamar al presidente de la nueva Ciccone Calcográfica, el lunes 13 se presentó en el Registro de Comercio de Ámsterdam y cerró el fondo Tierras y las dos sociedades Stichting con domicilio en Suiza que lo sostenían.



El escándalo que tiene a Vandenbroele como uno de sus protagonistas centrales llevaba una semana de apogeo, desde que su mujer, Laura Muñoz, lo señaló como testaferro de Boudou. Más aún, el domingo 11, LA NACION reveló que el representante legal del fondo Tierras ante la Dirección de Personas Jurídicas de la Provincia de Buenos Aires era Carlos Schneider, el jubilado de 75 años de la marina mercante que a todos bautiza con el mismo apodo: “Piluso”. Cobró $ 200 por firmar esos papeles.

Así, en ese contexto, fue que el notario DeWitte desenchufó las supuestas conexiones internacionales de Vandenbroele que aportarían los fondos para sostener a la nueva Ciccone hasta que obtuviera contratos, según tres fuentes y copias de los registros holandeses.

pd: la nota completa publicada hoy en LA NACIÓN, acá.

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