Hoy, por lo visto, es todo 7D o no es nada. Acaso por eso
debería centrarme en el Grupo Clarín, la Ley de Medios, el Poder Judicial y el
Gobierno. Pero no soy experto en esos temas (sí lo es mi colega José Crettaz ), así que
prefiero consignar una investigación por delitos de cuello blanco por demás
interesante.
Se trata de la investigación del juzgado número 6 de la Audiencia Nacional
española, que verificó que los empresarios Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo
Pascual [ya fallecido] robaron más de 400 millones de euros a unas
cuaaaaantas empresas.
Las detenciones se han desencadenado precisamente ante el
temor de que, por medio de nuevos ardides financieros detectados, Díaz Ferrán
lograra esquivar la redada judicial y licuara su patrimonio. Como lo intentó con su amadísimo Rolls Royce, modelo Phanton, valuado en 500.000 euros. En fin...
¿Cómo lo hizo? Pues cualquier semejanza con los piratas
argentinos (y de todos los lados) no es ninguna casualidad. El 9 junio de 2010,
por ejemplo, 15 días antes de que Viajes Marsans entrase en concurso de
acreedores, Pascual y Díaz Ferrán comenzaron a desprenderse de todo su
patrimonio. Lo vendieron por un precio ridículo a la ignota firma Posibilitum
Business, una empresa de Ángel de Cabo constituida en febrero de 2009 sin
bienes a su nombre, un capital social de 60.000 euros y ninguna experiencia en
el sector. Más
¿Por qué la venta? Porque para aquel momento, Díaz Ferrán (el
de Aerolíneas Argentinas, ¿le suena?) y Pascual ya sabían que al menos 20
empresas a las que adeudaban fortunas le habían solicitado la apertura de un concurso
de acreedores para cobrar.
El resto, en la próxima entrega (pero un anticipo, acá).
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