Cristina Fernández de Kirchner llevaba 48 horas en el poder y ya había dicho adiós a la tradicional "luna de miel" que goza todo nuevo gobernante. La razón era contundente: cuatro arrestos en Miami, vinculados al "caso Antonini".
Como recordarán, el FBI arrestó a dos socios de Antonini -Carlos Kauffmann y Franklin Durán-, un abogado venezolano -Moisés Maiónica- y un uruguayo -Rodolfo Wanseele Paciello-, el 11 de diciembre de 2007.
De inmediato, la Fiscalía Federal norteamericana los acusó de actuar como agentes encubiertos de Venezuela con el fin de contactar a Antonini en Estados Unidos para convencerlo -con US$ 2 millones- de que aceptara la valija del escándalo como propia.
Todo estalló en pedazos, como es ya sabido. Pero mientras los funcionarios argentinos y venezolanos formaban filas para salir por los medios a denunciar conspiraciones, operaciones de inteligencia, operaciones basura, espías, traidores y demás yerbas, ocurrió algo por debajo de los radares.
¿Qué fue? Un email que otro pasajero de aquel vuelo, Daniel Uzcátegui, le envió a Victoria Bereziuk, la secretaria de Claudio Uberti y pasajera del mismo vuelo.
El mensaje, me parece, es elocuente por sí solo.
pd: si clickeás sobre la foto de la pantalla congelada, podés ver la imagen expandida.
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