Leía, como cada mañana, el diario Hindustan Times (en rigor, acabo de enterarme que existe, disculpas a mis lectores de aquellos lares), cuando me topé con la siguiente declaración de un perejil:
“La corrupción es otra forma de violencia y debemos esforzarnos más para eliminar este mal social”.
¿Su autor? Nada más y nadie menos que el mismísimo Dalai Lama.
¡Chupate esa mandarina!
Según mi nuevo diario de cabecera, el líder espiritual del budismo tibetano trazó esa línea roja durante su discurso en homenaje a otro monstruo, Mahatma Gandhi, en un nuevo aniversario de su nacimiento.
El alma-pater de la India encarnó
¿Es necesario recordar que una coima en el área de salud, por ejemplo, deriva en medicamentos truchos que causan muertes, lo que genera violencia? ¿O que un empresario, un juez, un policía, un político o un periodista corrupto generan, tarde o temprano, injusticia social, impotencia, desigualdad y, por último violencia?
Si el Dalai Lama -traducción literal: "Océano de Sabiduría"- debió subrayarlo es porque sí, en efecto, era necesario recordarlo.
pd: el artículo del Hindustan Times, acá.
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