El título me recuerda a la película de Guy Ritchie, "Juego, trampas y dos armas humeantes". Pero esto de ficción no tiene una pizca (y de patético, mucho).
De mendigo a millonario, de productor rural a mendigo otra vez y, ahora, a acusado ante la Justicia. El changarín que figuró como supuesto dueño de un feedlot fantasma para embolsar casi $ 1 millón en subsidios de la ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) deberá ahora explicar ante la Justicia qué pasó y quiénes lo metieron en esa operatoria.
El juez federal subrogante Marcelo Martínez de Giorgi citó al changarín Juan Benjamín Tapia [foto], a dos patovicas y a otros cinco imputados a indagatoria, sospechados de cometer varias irregularidades con fondos millonarios de la Oncca, que el Gobierno disolvió a raíz del escándalo. Todos ellos deberán declarar entre el 13 y 27 de este mes, acusados de fraude en perjuicio de la administración pública y falsificación de documentos.
Tras la difusión pública de lo ocurrido con Tapia (gran mérito gran del colega de Clarín, Matías Longoni), el entonces titular de la Oncca, Emilio Eyras, revocó las órdenes de pago que él mismo había autorizado. No sólo eso. El escándalo aportó otro fruto inesperado. Reapareció el $ 1 millón birlado.
Según el polémico presidente de la Cámara Pesquera Marplatense, Daniel Tunoni, quien lo transportó desde Buenos Aires hasta Mar del Plata para devolverlo al Banco Nación fue Fernando Villaverde, uno de los colaboradores más cercanos desde hace dos décadas del ex titular de la Oncca y luego de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACION, acá.
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