jueves, 20 de octubre de 2011

Una mancha de aceite

Las sospechas alrededor de Sergio Schoklender siguen en expansión, como una incómoda mancha de aceite.

Ayer, el fiscal federal Jorge Di Lello (foto) requirió a la unidad antilavado (UIF) que profundice su análisis sobre ciertas personas, cooperativas y empresas vinculadas al ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo por operaciones que rondaron los $ 500 millones durante la última década.

El primer ROS llegó a la UIF desde el Banco Central en diciembre de 2005 por compras y ventas por casi US$ 5,4 millones que el dueño original de Meldorek SA, el financista José Fernando Caparrós Gómez, completó en el Banco Finansur entre 2002 y 2004.

El patrimonio del financista es elocuente: una Ferrari, una camioneta Porsche, un barco valuado en US$ 1 millón, departamentos y dos aviones. Y fue un piloto, Gustavo Serventich, quien tendió el puente entre Schoklender, que quería comprar un avión, y Caparrós Gómez, que pretendía venderlo.

El segundo ROS se emitió meses después, también con el BCRA como reportante, por las transferencias desde y hacia el exterior que gestionó Cambios Trade & Travel durante 2001 por casi US$ 29,5 millones.

Esa agencia quedó bajo la lupa cuando se detectó que Schoklender y sus allegados cambiaron allí y en la financiera Monetización SA –también de Caparrós Gómez- cheques de Meldorek por cerca de $ 50 millones, que retiraron en billetes de baja denominación.

El tercer y último reporte también merodeó los negocios de Caparrós Gómez, por operaciones registradas entre enero de 2007 y septiembre de 2010.

Enviado por el HSBC, el reporte se concentró en “Latin Sur Cooperativa de Vivienda, Crédito y Consumo Limitada” y cuatro personas -Juan Manzorro, Patricia Peña, Héctor Pérez y Jorge Fidalgo- por mover fondos por $ 284,1 millones y US$ 12,8 millones.

Fidalgo aparece como socio de Caparrós Gómez en Valores Negociables. También figura como titular de “Créditos Sur Cooperativa de Vivienda, Crédito y Consumo”, donde cambiaron cheques Sebastián Forza -uno de los empresarios asesinados en el “Triple Crimen” de General Rodríguez-, y Néstor Lorenzo, quien concentra las sospechas en la “mafia de los medicamentos”.

pd: más datos en la nota del diario LA NACIÓN, acá.

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