Y sí, el 54% de
Ayer, los camaristas de
Más aún. Y peor aún. Anunciaron la "inexistencia de delito".
O sea, acá no pasó nada.
Ya en julio, De Vido, había reclamado el cierre de la causa y el sobreseimiento de los funcionarios, tras conocerse el resultado de un peritaje de expertos de la Universidad de Buenos Aires.
Pero el principio del fin comenzó mucho antes, cuando le sacaron la pesquisa al juez en lo Penal Económico,
La pregunta de fondo, mientras tanto, es bastante simplona: ¿Qué hace falta para que la Justicia dicte una condena contra el poder?
Si no alcanza con que las armas se hayan contrabandeado para una condena en el “caso Armas”, si tampoco sirven las confesiones de los protagonistas –como en IBM-Banco Nación–, ni tampoco que hasta la empresa coimera así lo reconozca –Siemens, ¿les suena?, y en este mismo caso, la sueca Skanska, que reconoció el pago de "comisiones ilegales" por escrito (¡y hasta pagó luego impuestos a la AFIP!)–, la duda es patética.
¿Qué se necesita para que condenen?
Quizá la respuesta sea, como me comentó un juez hace un par de semanas, mientras que yo conversaba con un segundo juez en un pasillo, mientras esperaba que me atendiera un tercer juez: “Llegaste temprano, Hugo”. Miró su reloj y añadió: “Dos años temprano”.
pd1: más datos, acá, acá y acá.
pd2: y a la luz de estos últimos acontecimientos, releo mi post anterior y... qué mal que te veo, Mario Pontaquarto...
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