A mediados de septiembre denunció el final de los tiempos. Seis semanas, y frente a un juez, aclaró que era una opereta. Lo que se dice, clavó los frenos, reculó y arrugó.
Así es el empresario Carlos Ávila, que se desdijo ante la Justicia de su denuncia (mediática) contra el presidente de la AFA,
Más aún, Ávila aclaró que las imágenes registradas por una cámara oculta (que difundió el multimedios de Daniel Vila, el rival de Grondona hasta que el tufillo a opereta resultó insoportable) “no tienen ningún tipo de vinculación con los hechos que denunció”.
El juez de instrucción
Más aún, Ávila admitió que la cámara oculta “tenía un objetivo político” y que querían “hacerle barullo a Grondona”.
Peor aún, Avila aclaró además que cuando se habla de dinero durante la grabación, no se alude a pagos irregulares: “Cuando hablan de repartir dinero o ganancias, Grondona está haciendo alusión que cuando crearon la televisión satelital digitalizada, la mitad de las ganancias eran para
Como diría Don Julio (que, por las dudas que algún alucinado sospeche algo: no me agrada, me parece lamentable que siga al frente de la AFA y creo que debería haberse ido a su casa hace ya laaaaaargos años): Todo pasa.
pd: y como diría mi abuelta (que en paz descanse), “te lo dije, m’hijito”. Porque el video, en efecto, apestaba (ver, acá).
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