Lázaro Báez contó con ayuda para ingresar valijas repletas
de dinero en la Argentina. Y las ramificaciones de esas ayudas, que él mismo
detalló, llegan a tocarse con algunos de los mayores escándalos de los últimos
años en el país: el “caso Ciccone”, la gestión de los préstamos garantizados de
la Anses y hasta la “causa Armas”, según surge de documentos judiciales, de la
Administración de Ingresos Públicos (AFIP) y del Tribunal Fiscal.
La suma de casualidades es notoria. Abarca como uno de los
protagonistas al hijo del traficante de armas Diego Palleros, también al ladero
de Ernesto Clarens, un financista clave para comprender los manejos de los
fondos patagónicos de las últimas décadas, y hasta a la sociedad bursátil
Facimex, vinculada al banquero Jorge Brito, que es la misma que participó en el
“caso Ciccone” para traer $ 2,4 millones de Uruguay de una sociedad que opera
con acciones al portador.
Todos esos factores confluyeron alrededor de Badial SA, una
de las constructoras del emporio Báez. Los sabuesos de la AFIP comenzaron a
investigarla cuando detectaron ingresos millonarios en sus cuentas sin justificación
y sospecharon que podía esconder operaciones de lavado de dinero proveniente de
ilícitos locales.
Forzado a dar explicaciones, el ex cajero del Banco de Santa
Cruz devenido en multimillonario afirmó que esos millones no provenían del
mercado interno, sino que llegaban desde Uruguay en auto, avión y barco,
transportados por Carlos Adrián Calvo López y otros valijeros, a los que no
identificó por sus nombres.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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