Ante la Justicia, el
vicepresidente Amado Boudou intentó justificar parte de su voluminoso crecimiento
patrimonial de los últimos años con el cobro de viáticos mientras era ministro
de Economía, hasta superar los $ 180.000, que incorporó como parte de sus
“ingresos” y, luego, de su “patrimonio”.
Lejos
de reintegrar a las arcas oficiales los viáticos que no gastó durante sus viajes
dentro y fuera del exterior como parte de su servicio público, Boudou los
incorporó dentro de sus “ingresos”. Para eso, los colocó en un ítem distinto de
su remuneración durante 2009, cuando pasó de la Anses al Palacio de Hacienda,
2010 y 2011, cuando de ministro pasó a la Vicepresidencia.
Así,
durante 2009, Boudou consignó que incorporó a su “activo” patrimonial viáticos
“en pesos y en dólares” por poco más de $ 24.000; en 2010, se quedó con poco
más de $ 91.400; y en 2011, otros $ 65.300, para redondear un total de $
180.700, el equivalente a tres pequeños autos al valor vigente de plaza durante
aquellos años.
En
el caso de los viáticos, sin embargo, ya cuatro secretarios privados de la
pareja presidencial, Julio Daniel Álvarez, Isidro Bounine, Daniel Muñoz y
Fabián Gutiérrez, fueron sobreseídos por la Justicia, que consideró justificado
sus incrementos patrimoniales gracias al cobro de viáticos.
Pero
no todos los acusados por quedarse con viáticos corrieron con la misma suerte.
En diciembre de 2011, por ejemplo, la Cámara de casación rechazó la pretensión
de Mario Pontaquarto, el supuesto arrepentido de pagar coimas para aprobar la
reforma laboral durante el gobierno de Fenando de la Rúa, de enfrentar por
separado dos juicios orales por supuestos sobornos y por fraude, ya que se lo
procesó por no devolver $ 30.000 en viáticos oficiales.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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