lunes, 4 de marzo de 2013

El día que Boudou ofreció la cabeza de su amigo

“¡Ah, me olvidaba! El socio de Boudou anda diciendo que para qué va a seguir pidiendo coimas si se va a quedar con la máquina de hacer billetes”. Corría mayo de 2011 y el informante tiró, café de por medio, como si fuera una cuestión menor, la primera pista a LA NACION sobre un negocio en ciernes que se convertiría en uno de los mayores escándalos del kirchnerismo y pondría al vicepresidente Amado Boudou contra las cuerdas.

El informante sabía poco más. Que ese supuesto socio se llamaba Núñez Carmona [José María], que “chapeaba” con el nombre del entonces ministro de Economía, Amado Boudou, y que quería “quedarse con Ciccone”, es decir, con la imprenta conocida como la única “casa de moneda privada de América Latina”.

Durante los meses que siguieron, LA NACION inició un largo proceso de búsqueda y verificación de datos que abarcó múltiples países y provincias argentinas, además de viajes a Mar del Plata, jueves por medio. Casi dos años después, ese esfuerzo se tradujo en casi 300 personas entrevistadas y 1,1 gibabyte en información electrónica, incluidos documentos hasta ahora desconocidos por la Justicia y precisiones sobre los encuentros secretos que protagonizaron Boudou, Núñez Carmona y los Ciccone.



El estallido del escándalo, en febrero de 2012, mérito del periodista Nicolás Wiñazki en el programa radial de Jorge Lanata, alteró todo ese proceso periodístico, ya que mientras algunas fuentes se asustaron y desaparecieron, otras muchas comenzaron a surgir de manera espontánea.

El escándalo también trastocó los acuerdos vigentes entre el vicepresidente, Núñez Carmona y los Ciccone, lo que derivó en presiones cruzadas, aprietes e, incluso, amenazas explícitas. Pero también provocó una oferta inesperada al entonces fiscal federal a cargo de la pesquisa, Carlos Rívolo [foto, arriba]. Le ofrecieron la cabeza de Núñez Carmona a cambio de la impunidad para Boudou.

“¿Querés su cabeza? Que pague el costo”, le ofertó el abogado de confianza de Boudou, a fines de marzo. “Este [por Núñez Carmona] lo arrastra por todos los quilombos”, añadió, en defensa de su cliente, al que pretendía posicionar en el rol de víctima de los derrapes de su íntimo amigo y único socio comercial reconocido.

Rívolo rechazó el ofrecimiento y en cuestión de semanas fue desplazado del expediente, al igual que el juez Daniel Rafecas, tras el allanamiento al departamento que pertenece a Boudou en el complejo River View de Puerto Madero. Pero la investigación periodística siguió su curso, con nuevas y crecientes revelaciones sobre los vínculos que unen al vicepresidente con Vandenbroele, los roles de los banqueros Jorge Brito y Raúl Moneta como supuestos financistas, o el complejo entramado societario que rodea a Boudou y que se utilizó para captar, como alertó aquel primer informante, la “máquina de hacer billetes”.

pd:el adelanto publicado en LA NACIÓN, acá; o en el libro "La máquina de hacer billetes".

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