El
socio de Amado Boudou, José María Núñez Carmona, primero intentó irrumpir en Ciccone Calcográfica con otra sociedad que
no era la que finalmente se utilizó, The Old Fund SA, sino otra, la española Fokly
Austral SL, según consta en el documento de opción de compra de la empresa a
través de esa firma al que accedió LA NACION.
La
opción de Fokly Austral SL no podía ser más “berreta”, según uno de los
abogados de la familia Ciccone. No sólo porque en ese documento se proponía que la
familia cedería el 70% de las acciones, sino que lo haría por apenas 1000 pesos
y la promesa de dividendos sobre futuros contratos multimillonarios.
Peor
aún, Fokly Austral, con domicilio fijado en la residencia del propio Alejandro Vandenbroele en Madrid, en la calle Fernando el Santo N° 15 [foto, arriba], justo al lado de la residencia oficial del embajador
argentino Carlos Bettini, y sin movimientos financieros registrados en los
últimos años, arrastraba una mala calificación crediticia por parte de las
firmas evaluadoras españolas que operan como el Veraz argentino.
El
3 de agosto de ese año, pues, las negociaciones continuaron en el café del lobby
central del hotel Hilton. Participaron Nicolás Ciccone, sus dos yernos,
Reinwick y Pablo Amato, su hija Bettina, y la hija de Héctor, Silvina, junto a
la abogada Florencia Laporta y un asesor de extrema confianza de Héctor, de
nombre Gustavo.
Durante
esas reuniones, “Josema”, como Núñez Carmona prefería que lo llamaran en vez de
“Nariga”, actuó como interlocutor entre la familia y su poderoso socio. A cada
planteo, su respuesta era casi siempre la misma: “Tengo que hablarlo con
‘Aimé’”, aunque una vez llegó mucho más lejos.
pd: más datos, en el libro "La máquina de hacer billetes".
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