La investigación se centra en la ruta que siguió ese dinero, estimado en al menos US$ 8,6 millones, desde que salió de las arcas de Qatar y hasta que llegó a su destino final, lo que incluyó escalas en dos empresas de Buenos Aires, según reveló ayer el diario inglés The Guardian, pero cuyos nombres todavía no trascendieron.
Los entonces presidentes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, y su par Ricardo Teixeira, por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), integraban el Comité Ejecutivo de 24 miembros de la FIFA que debían definir si, en efecto, Qatar se quedaría con el Mundial 2022 en desmedro de otros cinco países que habían presentado sus candidaturas.
La pesquisa suiza determinó hasta ahora que GSSG, una empresa constructora qatarí que financió y auspició el partido, recurrió a una firma helvética, Swiss Mideast, para ajustar los contratos. A su vez, esta firma giró los US$ 8,6 millones del partido a Kentaro, una agencia también suiza, que organizó el amistoso, vendió los derechos de televisación, y cubrió los gastos de viajes, entre otros rubros.
De esos US$ 8,6 millones, se desconoce el destino final de cerca de US$ 2,5 millones. Según se verificó, Kentaro giró US$ 2 millones a BCS Ltd, una compañía de Singapur que se encargó de las "introducciones" (es decir, la intermediación entre Kentaro y los qataríes), en tanto que transfirió otros US$ 1,15 millón y 345.833 euros a ISE Ltd, una firma de las Islas Caimán que actúa de representante de la CBF. Kentaro giró, por último, otros US$ 2 millones a World Eleven SRL, la firma argentina que por entonces gestionaba los partidos amistosos de la AFA, por lo que ese agente cobró su comisión, prevista por contrato, y le transfirió el resto de los fondos a la AFA.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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