Eufemismo. (Del lat. euphemismus, y este del gr. εφημισμς). 1. m. Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.
A eso, para ser preciso, apeló ayer el ex embajador argentino ante Venezuela, Eduardo Sadous, al declarar ante los diputados de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.
Porque, al fin y al cabo, Sadous es un diplomático de carrera que, como tal, cuida cada una de sus palabras para limar asperezas. Y, además, no come vidrio.
El embajador comprendió que más le valía cuidar sus palabras: horas antes, el flamante canciller Héctor Timerman negó que exista una "cancillería paralela", lo que adjudicó a "mentes de algunos periodistas, nada más"; y el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, redujo esa posibilidad a "algunas mentes chiquitas".
Por eso, cuando le preguntaron si funcionó (o funciona) una "embajada paralela" en Venezuela, protagonizada por el ministro Julio de Vido y sus colaboradores (Claudio Uberti, el primero entre ellos), Sadous no dijo que sí, ni tampoco lo negó. Optó por afirmar que existieron "gestiones comerciales paralelas".
Lo que se dice un eufemismo en estado puro.
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