Timerman afirmó que la prensa inventó el escándalo de las coimas en los negocios bilaterales con Venezuela. Textual: "No existe una cancillería paralela, no existe una embajada paralela. Me parece que funciona en las mentes de algunos periodistas y nada más".
Y ahí nomás me sentí aludido, aunque reconozco que tengo mis dudas. Porque para algunos de sus colegas del Gobierno, los periodistas somos descerebrados.
Timerman aportó una precisión más: "Es falso. No existe una embajada paralela, existen temas en los cuales hay técnicos especializados que concurren".
Eso explica por qué el entonces titular del Órgano Contralor de las Concesiones Viales (Occovi) en la Argentina, Claudio Uberti, viajó tanto a Venezuela, donde lo conocieron como "el verdadero embajador".
Lo único que falla de esa explicación es que si algo brilló por su ausencia son convenios firmados con Venezuela sobre peajes (en su sentido estricto, aclaro) y autopistas y concesiones viales. Y abundaron ventas de maquinarias agrícolas, ganado, tecnología industrial y de otras áreas en las que: a) Uberti la tenía más clara que Lionel Messi; o b) el argumento de Timerman se cae a pedazos...
Mientras tanto, me encuentro en una disyuntiva feroz: ¿voy a trabajar o le receto reposo a mi mente febril?
pd2: HOY, a las 10, el ex embajador ante Venezuela, Eduardo Sadous, debe declarar ante el Congreso. Habrá más noticias para este boletín...
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