Allá lejos, en la Rusia de los tiempos que corren, Vladimir “KGB”
Putin nombró como flamante ministro de Cultura a Vladimir “Me la doy de
historiador” Medinsky.
¿Qué tiene de peculiar el tal Medinsky (foto, abajo)? Pues que el hombre se
lanzó a reescribir la historia rusa, borrar ciertos capítulos y mejorar otros. Y
esto, además de plagiar –y así fue denunciado– tramos completos de su tesis
doctoral.
¿Qué tramos de la historia rusa reescribe Medinsky? Entre otros, según expone un estupendo artículo de la revista The New York Review of Books,
que el zar Iván, alias “El Terrible”, no fue tan terrible después de todo, sino
que más bien, fue bastante cándido y simpático. O que la foja antisemita rusa
es pura exageración. O, incluso, que la Unión Soviética
jamás invadió y ocupó los países bálticos o Polonia durante la II Guerra Mundial.
Y, por supuesto, que es una mentira burda que un número enooooooorme de
prisioneros de aquella guerra hayan sido enviados a campos de labor (léase “concentración”)
al concluir el conflicto.
Ahora bien, ¿para qué se metió Putin en semejante embrollo histórico con su tocayo Medinsky?
Pues porque como explica Clifford Gaddy, del Brookings
Institute de Washington, Estados Unidos: “Para Putin, la interpretación y
reinterpretación de la historia es un asunto crucial… Él valora el poder de la ‘historia
útil’, la utilización de la historia como una herramienta política, como una
fuerza organizadora política y social que puede ayudar a moldear la identidad
de grupo y alentar coaliciones”.
En otras palabras, orwellianismo puro: para controlar el presente y moldear el futuro, hay que primero apropiarse del pasado.
En otras palabras, orwellianismo puro: para controlar el presente y moldear el futuro, hay que primero apropiarse del pasado.
pd: cualquier semejanza con otros líderes y dirigentes más
cercanos (de varios países, gobiernos, partidos políticos o sectores sociales),
es pura coincidencia (o delirium tremens del lector).
pd2: el link al artículo original, en inglés, acá.
Gente para la que "...nada se pierde, todo se transforma...". Asombroso el poder de manipulación de las masas.
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