Corría octubre de 2010 y la ex Ciccone Calcográfica había
pedido una moratoria excepcionalísima. El titular de la Administración Federal
de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, no fue con vueltas y en el
mismo expediente le mandó un mensaje directo al entonces ministro de Economía,
Amado Boudou.
Le advirtió que la posición que tomara el hoy vicepresidente
de la Nación sobre ese pedido sería "determinante" para decidir si le
otorgaba a la empresa de Alejandro Vandenbroele un plan de pagos que incluyera
una multimillonaria quita de intereses y multas.
La categórica posición de Echegaray consta en el expediente
de la AFIP 1-257899-2010, que se abrió tras el pedido de la ex Ciccone, cuya
copia obtuvo LA NACION , y que terminó por remitirse a la Justicia. Allí, el
zar de los impuestos expuso que no tomaría una decisión si Boudou no daba su
parecer sobre la empresa en la que cuatro días antes había desembarcado de
manera formal Vandenbroele, investigado por el juez Ariel Lijo como presunto
testaferro del vicepresidente.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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