El primer pedido de moratoria que hizo la ex Ciccone
Calcográfica fue el más polémico de todos. Y aunque al final esa solicitud
inicial fue rechazada, demostró la disposición que había en el Gobierno por
beneficiar a la empresa con beneficios especiales.
Este intento incluyó una jugada desconocida hasta ahora. El
titular de la AFIP, Ricardo
Echegaray, buscó otorgarle a la empresa una quita explosiva, que poco después,
cuando La Nación difundió la decisión, intentó diluir con un desprolijo
agregado a mano en el expediente para atenuar el grado de beneficios.
El primer pedido que hizo la ex Ciccone para afrontar su
deuda consistió en un plan de 20 cuotas anuales –una por año–, sin intereses, y
sólo por el capital adeudado. Es decir, que sobre una deuda total de más de $
247 millones, sólo devolvería $ 62,7 millones. Es decir, el 25,3% del total.
Así se inició el expediente administrativo 1-257899-2010, que es el que trata en la AFIP el pedido de la imprenta. Ese documento circuló por varias áreas de la agencia, en las que se sostuvo que Echegaray podía arrogarse facultades propias del juez de la quiebra, Javier Cosentino, y disponer quitas sobre las deudas de la empresa, apoyado en las facultades discrecionales que le otorga el artículo 32 de la ley 11683, que es la que define el funcionamiento de la AFIP.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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