¿Cuál
es el límite para un aspirante al poder? ¿Qué está dispuesto a entregar con tal
de obtenerlo? ¿Y para retenerlo? ¿Renunciar a su familia? ¿A su propia vida? La
historia está repleta de líderes, políticos y económicos, que fueron capaces de
todo por una cuota, mayor o menor, de influencia. Pero hay ejemplos
paradigmáticos, terribles, que sacuden a todo un país. Así fue con Juan Domingo
Perón que, tras casi dos décadas en el exilio y una transición comandada por
Héctor Cámpora, aquel "delegado" que pasó a ser visto casi como un
traidor por el General, arribó a su tercera presidencia con un costo atroz para
sí y, en cuestión de meses, para el país.
Preciso y
sólido, Los secretos de los últimos días de Perón permite refrescar la memoria
de quienes vivieron aquel período y ofrece una ventana casi única a quienes ni
siquiera habían nacido cuando se desencadenó la tragedia. Para eso, el libro
ofrece una triple perspectiva: combina la información oficial o pública que
circuló durante aquellos meses, los datos reservados o íntimos que quedaron
ocultos durante años (muchos de los cuales recién ahora salen a la luz) y la
historia clínica del paciente, que era nada menos que Perón.
Esa triple
perspectiva depara resultados notables, por ejemplo, cuando Castro aborda la
masacre de Ezeiza, que provocó en Perón una pleuropericarditis aguda,
silenciada por sus colaboradores. O su viaje a Uruguay, que derivó en un edema
agudo de pulmón durante una noche pesadillesca, aunque su Gobierno montó al día
siguiente uno de sus habituales operativos de desinformación, a través de la
agencia Télam y el Canal 7.
pd:
el resto de la reseña publicada en ADN, acá.
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