Estalla un escándalo. El protagonista se sabe, pues, en el ojo de la tormenta. Y ni qué hablar si además aparece por televisión. Sabe que está para el cachetazo.
La mano se complica más para el protagonista si, por las sospechas que lo rodean, llueven las denuncias penales. Una, dos, seis, diez.
Pregunta, que por obvia, no hay que soslayar: ¿cuánto tiempo puede demorar ese protagonista en comenzar a limpiar lo que deba limpiar? Sea su casa, sus oficinas, sus bóvedas, sus cajas de seguridad. ¿Cuánto tiempo le tomará concluir que debe eliminar discos rígidos, quemar papeles, esconder documentos, transferir fondos a otras cuentas, sacar lo que fuera del país? ¿Una hora, un día, una semana?
A esto hay que sumar que cuanto más pesado el protagonista, más grande es su entorno que lo rodea, lo asesora, lo mima, lo protege y, llegado el caso, lo encubre. Y que sabe que, si ese protagonista tiene algo que ocultar, es muy probable que podría terminar incriminado en algo si ese protagonista se duerme y no destruye, esconde, limpia lo que haya que destruir, esconder, limpiar.
Ahora bien, mientras que el protagonista y su entorno se convierten en "Los-Siete-Magníficos-de-la-Limpieza", esa Justicia que recibe las denuncias se toma tooooodooooo el tieeeeeempooooo necesario para adoptar las primeras medidas de prueba que, por supuesto, son obvias. Como, por ejemplo, ordenar múltiples allanamientos simultáneos. Que, claro, deberían ordenarse cuanto antes para evitar, en efecto, que el protagonista y su entorno lo borren todo.
Todo esto viene a cuento, claro, de lo que hoy trascendió. ¿Qué es? Que el empresario patagónico sospechado de lavado de activos, Lázaro Báez, revisó y limpió sus 14 cajas de seguridad que tenía en el Banco de Santa Cruz antes de que llegara, SEIS DÍAS DESPUÉS, la Justicia. Lo que, por supuesto, va en línea con la limpieza de la financiera SGI por su contador, Pérez Gadín.
Porque la Justicia será ciega, pero con algunos es ciega, sorda, muda, lenta y estúpida.
pd: más datos sobre la limpieza de Báez, acá y acá; lo que ya había trascendido de SGI, acá.
Hace ya muchos años, investigué para el diario LA NACIÓN el "maletinazo" de los gobiernos de Argentina y Venezuela. El resultado fue "Los secretos de la valija" y este blog. Estas páginas tomaron luego su propio rumbo, centradas en la corrupción y el lavado, y en los muchachos con maletines repletos de dinero, los "valijeros". Y de allí "Las coimas del gigante alemán", "La máquina de hacer billetes", "La Piñata" y "La Raíz". Pero la trama continúa...
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