martes, 13 de julio de 2010

"Algo oculto, algo turbio"

Responsable académico durante casi 15 años (1992-2006) del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, Roberto Russell es uno de los expertos que más saben de relaciones internacionales en la Argentina y, además, de los dimes y diretes dentro de la Cancillería.

Eso le aporta aún más peso y valor a cada una de sus palabras, que de por sí son categóricas al explicar durante una entrevista con LA NACION qué significa la "diplomacia paralela" en manos del ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, y su equipo.

-Vayamos a la tapa de los diarios. ¿Qué piensa de las denuncias del embajador Eduardo Sadous? ¿Existe la diplomacia paralela?

-Esto no es nuevo. Siempre hubo una diplomacia paralela. Cuando escribía sobre la Argentina de los años 70 hablábamos sobre la diplomacia paralela del almirante Massera, por ejemplo. Son cosas siempre nefastas. Porque además siempre hay algo oculto, algo turbio, que encierra desde negocios sucios hasta proyectos personales de poder. Lo mismo ha pasado ahora con el vínculo con Venezuela, no hay ninguna duda de esto.

-Igualmente, ¿no es normal que la Cancillería no tenga el monopolio de las relaciones exteriores en ciertos casos?

-Cuando algún otro ministerio se encarga de las relaciones exteriores del país, no es diplomacia paralela. En el mundo contemporáneo, la Cancillería ya no tiene el monopolio de las relaciones exteriores, si es que alguna vez lo tuvo. Porque el que está en Educación se vincula con los que hacen educación en otras partes y lo mismo pasa en Economía, en Defensa. Lo paralelo tiene más que ver con esas cosa de trastienda, con negocios sucios o proyectos políticos personales. Con actividades que el resto de las reparticiones no conoce o con una que avanza sobre territorios que son propios de la Cancillería, que es lo que pasa con el ministerio de De Vido.

-En democracia, ¿qué antecedentes hay?

-Ahí no veo expresiones de diplomacia paralela porque precisamente en una democracia estas cosas no deberían pasar dado que uno tiene más información. Aunque con Menem estuvo el caso de contrabando de armas a Croacia y a Ecuador. Pero lo que encontramos hoy no se dio en la etapa de la democracia. No sé si es inédito, pero nunca hubo una expresión tan notoria de vinculaciones de esta naturaleza por encima de la Cancillería o diciéndole a ésta que no se metiera en algún tema porque lo iban a manejar desde otro lugar.

-El canciller Héctor Timerman reprochó al subsecretario de Integración Económica de la Cancillería, Eduardo Sigal, porque hizo su denuncia por escrito en lugar de hacerlo personalmente y en forma confidencial.

-No es así. Es la lección número uno que aprende un diplomático: las cosas siempre se ponen por escrito. Cuando uno pone una cosa así por escrito, y lo he visto mil veces en la Cancillería, es porque estás abriendo un paraguas, te estás cubriendo, anticipando a un golpe que te puede venir.

pd: la entrevista completa, acá.

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