Y, la verdad, tiene razón.
Con más de 6 años viviendo en el extranjero (España y Estados Unidos), y coberturas en unos 20 países de América, Europa, Medio Oriente y Asia, la verdad es que coincido con ella: no sólo los embajadores y diplomáticos se encargan de las relaciones exteriores de un país.
Eso, sin embargo, no es lo que se investiga cuando se alude a la "diplomacia paralela" del ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, y su equipo en Venezuela.
Las sospechas se centran en que De Vido, Claudio Uberti y José María Olazagasti, entre otros, digitaron negocios, escogieron a los empresarios y cobraron sobornos cuando de negocios bilaterales se trataba (remarco: es apenas, y sólo apenas, una sospecha).
Dentro de esa hipótesis, las valijas voladoras no serían más que el "clearing aéreo de las coimas bilaterales". Valijas que, por supuesto, siempre se piden para un fin superior (el partido, los líderes o la campaña electoral de esos líderes para, de ese modo, garantizar que continúe la hermandad argento-bolivariana).
Desde el otro lado del mundo, la Presidenta cerró con una ironía: "Julio de Vido se reunió con su par [chino] de Energía y tampoco estuvo el canciller ni el embajador, por lo tanto espero que mañana no titulen que hay una diplomacia paralela en China".
Bueno, si usted lo pide, Presidenta, podemos hurgar un poco... (aclaro, es chiste).
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