jueves, 7 de julio de 2011

Uberti, recaudación K y un crimen por encargo

Alejado de la escena pública y, por cierto, también de los tribunales, Claudio Uberti continúa con su vida y negocios en tranquilidad. Salvo cuando, muy de vez en tanto, alguna noticia sacude la estantería.

Esta vez, el coequiper de Guido Alejandro Antonini Wilson en el escándalo del “maletinazo”, fue mencionado como uno de los grandes recaudadores de la campaña K en el Sur. Pero el problema no fue ese, lo que era conocido, sino el ámbito en que ocurrió: un juicio oral por asesinato por encargo.

Todo ocurrió en 2003, cuando el empresario “Cacho” Espinosa [foto] se reunió con la diputada y candidata presidencial Lilita Carrió, le contó lo que sabía sobre distintos negociados K, el saqueo (tolerado) de la cuenca pesquera austral y la trastienda de la recaudación para la campaña electoral. Más aún, prometió entregarle las pruebas en 10 días. Pero poco después, Espinosa fue ejecutado por sicarios cuando entraba en su casa.

"Espinosa nos confesó haber aportado a la campaña de [Néstor] Kirchner en 2003 y que él ahora respondía a [la pesquera] Conarpesa. Agregó que [Julio] De Vido apretaba a Conarpesa para que pusiera cada vez más plata y que los recaudadores eran Rudy Ulloa Igor y Claudio Uberti", declaró Carrió bajo juramento durante el juicio oral.

De inmediato, las sospechas de aquel entonces recayeron sobre los dueños de Conarpesa: Héctor Antonio (hijo del legendario Jorge Antonio) y el español Fernando Álvarez Castellano, como así también su padre. De hecho, Antonio la demandó a Carrió, pero perdió el juicio.

Ahora, la diputada opositora declaró además que, tras la victoria de Kirchner en las presidenciales de 2003, "los dueños de estas empresas [Conarpesa y otras pesqueras] visitaban regularmente la Quinta Presidencial de Olivos”.

Ahora, un Tribunal juzga a los presuntos homicidas, pero nada determinó sobre los autores intelectuales.

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