El ex embajador (formal) argentino en Venezuela,
Síp, aunque parezca increíble, y como ocurrió también con Mario Pontaquarto en las “Coimas del Senado” y tantos otros en tantas otras causas en las que contaron la verdad, Sadous pasó de denunciante/testigo/acusador a sentarse en el banquillo de los acusados.
El juez federal
Claudio Uberti (segundo desde la izquierda), Alfredo Scoccimarro (vocero entonces de De Vido, luego de Néstor Kirchner), Julio de Vido, en una reunión con los Olazagasti
Sadous había denunciado la existencia de una "diplomacia paralela" entre la Argentina y Venezuela, protagonizada por Uberti y otros colaboradores del ministro Julio De Vido, para manejar negocios de exportación de maquinaria que se concretaban mediante el presunto pago de comisiones ilegales.
Pero como suele ocurrir, los mismos empresarios, diplomáticos y funcionarios argentinos y venezolanos que cuentan al periodismo lo que ocurrió con lujos de detalles, antes que confirmarlo en la Justicia son capaces de incendiarse al mejor estilo bonzo.
Así, lo que tantos saben que es cierto sobre la “embajada paralela” que investiga el juez federal
Y esto lleva a una situación ridícula: lo que todos niegan ante la Justicia continúa en marcha. Si no, basta con recordar los cables diplomáticos secretos de Eduardo Sigal sobre las gestiones “paralelas” (otra vez la maldita palabra) que envió al entonces flamante canciller Héctor Timerman.
En esos cables, Sigal señaló por su nombre y apellido al sucesor de Uberti en las gestiones bilaterales. Porque caído el “señor de los peajes” (tal su apodo) tras el estallido del escándalo de la valija junto a
Una perversión más del sistema.
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